El buceo en pecios es una tarea bastante compleja en sí misma y normalmente requiere que uno sea un buzo experimentado en llegar lo suficientemente profundo como para tener una visión de las mejores joyas escondidas. Pero hay algo en estos restos del pasado que atormenta la imaginación de la gente. Los que alguna vez fueron poderosos buques de guerra, sirviendo a sus pueblos hace décadas, si no siglos, también están enterrados en aguas rusas; basta con saber dónde. He aquí un vistazo a cinco de los lugares más interesantes.
El segundo de los tres dreadnoughts (tipo predominante de acorazado a principios del siglo XX) construidos para la Armada imperial rusa, Imperatritsa Ekaterina Velíkaia (Emperatriz Catalina la Grande) es uno de los pecios más famosos del fondo del mar Negro. Terminado en 1915 y asignado a la Flota del mar Negro, sólo participó una vez en una batalla real: se enfrentó a un crucero de combate otomano, que huyó al recibir algunos daños de la artillería rusa. Después de la Revolución bolchevique de 1917, fue rebautizado como Rusia Libre, pero su vida militar no duró mucho. En 1918, fue evacuado a Novorosíisk para evitar que cayera en manos de los alemanes. Estos exigieron que los soviéticos les entregaran el barco, de acuerdo con los términos del Tratado de Brest-Litovsk. ¡Pero los soviéticos prefirieron hundirlo!
Uno de los lugares más interesantes para bucear en el mar de Bárents es el pecio del Pechora, una antigua base flotante de submarinos alemanes que pasó a formar parte de la flota rusa del norte después de la Segunda Guerra Mundial y que sirvió como cuartel flotante sobre el agua en sus últimos días. Tras el fin de sus servicios en 1977, se hundió durante unas maniobras militares de fuerzas de comandos de la marina, y desde entonces se ha mantenido a entre 32 y 56 metros de profundidad. Se ha conservado en buen estado y tiene a sus lados otras dos naves desconocidas.
Otro lugar de buceo en el mar Negro es el pecio del Zarévich Alexéi,no lejos de la península de Tarjankut. Situado a 52 metros bajo el agua, se encuentra aquí desde 1916, pero su historia es bastante confusa. Aparentemente, fue un barco de pasajeros y carga durante dos años y se hundió como resultado de una explosión. Algunos sugieren que su verdugo fue una mina colocada por un crucero germano-turco durante la Primera Guerra Mundial. Ahora, sirve como un interesante pecio con muchos detalles, artefactos históricos y que ofrece acceso a su interior.
El mar Báltico también es rico en lugares únicos de buceo en pecios. Uno de ellos es el rompehielos POLLUX, que se encuentra a 17 metros, cerca de la ciudad de Baltisk (antes Pillau). De 78 metros de largo y 19 metros de ancho, el barco sirvió a la Alemania nazi, pero no por mucho tiempo. Se unió a su flota a finales de 1944, pero fue alcanzado por una mina en el camino a Pillau (que podría haber sido colocada por los soviéticos). Ahora, sólo los buceadores pueden visitar el barco, e incluso han tenido acceso a algunas de sus salas y mecanismos del barco.
Uno de las más famosas aeronaves soviéticas se encuentra en el lecho marino del mar Negro, cerca de la región de Anapa, a una profundidad de 18 metros. Sus alas, cola, e incluso la cabina se han conservado en perfecto estado, algo que es raro en estas aguas. Según los expertos, el avión data de la Segunda Guerra Mundial y ambos tripulantes murieron cuando el avión se estrelló.
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