Tal y como escribe The National Interest, el caza MiG-21 está diseñado para funcionar durante mucho tiempo y además es fácil de modernizar. Y eso que los aviones de combate, a diferencia de los bombarderos y los transportadores, se suelen quedar obsoletos más rápidamente.
El MiG-21 se creó para lograr la superioridad aérea, pero solo podía llevar un número limitado de bombas y misiles para destruir objetivos en tierra. La publicación estadounidense señala que entre 1959 y 1985, la URSS construyó 10.645 de estos cazas. También fueron producidos por la India y Checoslovaquia. Incluso China creó su propia versión. Durante la Guerra Fría EE UU se hizo con algunas variantes del MiG-21, que fueron bien recibidas por los pilotos estadounidenses.
Ahora este avión está en servicio en dieciocho países, entre ellos Rumania y Croacia, miembros de la OTAN. Por su parte, China, Rusia y Ucrania llevan a cabo el mantenimiento y la mejora de estos aviones de combate. Gracias a la aparición de la impresión en 3D se simplificará su mantenimiento. Sin embargo, algunos de los MiG-21 que se encuentran en servicio hoy en día, no se parecen a los que fueron producidos en 1959. Llevan armas más complejas, incluidas algunas de alta precisión, tienen electrónica y radares modernos.
The National Interest se pregunta incluso si el MiG-21 podría permanecer en servicio durante 100 años. El MiG-21 llegará fácilmente a 60 y 70 sin problema alguno. “Sigue siendo uno de los luchadores icónicos de la era supersónica”, afirma el experto estadounidense.
Este es el avión más poderoso de Rusia, según expertos de EE UU.