El Ministerio de Defensa ruso está preparando un estudio para establecer la viabilidad del desarrollo de un portaviones nuclear de nueva generación.
“Actualmente se está redactando un estudio de viabilidad para un nuevo portaviones que se presentará a la Corporación Naviera Unificada de Rusia (OSK,por sus siglas en ruso). Se propone que el portador funcione con energía nuclear”, informaron los medios de comunicación rusos, citando fuentes del complejo militar-industrial.
Según una de estas fuentes, los trabajos de investigación y desarrollo del primer portaviones nuclear de Rusia comenzarán en 2023.
Un isla en el océano
“La exigencia de un buque como este se puede resumir en lo siguiente: debería ser una isla autónoma en el mar”, declara Dmitri Litovkin, capitán de tercera clase de la marina en la reserva.
Además, afirma que aunque el proyecto se entregue a principios de la década de 2030, como mínimo, los militares ya saben qué tipo de barco necesita la flota y qué esperar de los constructores.
“Debería ser una fortaleza flotante en toda regla, con un desplazamiento de unas 100.000 toneladas, como los modernos portaviones de EE UU, con unos 300 m de largo y unos 40 m de ancho”, añade.
Mejor que el Almirante Kuznetsov
El nuevo portaviones será muy diferente del Almirante Kuznetsov. La primera diferencia estará en la cubierta. La nueva “fortaleza” contará con, al menos, dos pistas: una grande y otra pequeña. La primera será un trampolín clásico para que los aviones salgan como si fueran saltadores de esquí, literalmente. La segunda será plana y adecuada para los helicópteros.
Al mismo tiempo, debe servir tanto a los “pesados” aviones Su-57 como a los “ligeros” MiG-35. En la actualidad, solo existen versiones “terrestres” de estos aviones de combate, pero en los próximos años se desarrollarán modificaciones aptas para servir en el mar.
Además, la cubierta del nuevo barco estará “vacía”, como la de sus homólogos estadounidenses, lo que le permitirá albergar a unos 90 cazas.
Para ello, la superestructura desde la que se controlan las operaciones (conocida en el ejército como la “isla”) se retirará de la cubierta (al igual que en el Almirante Kuznetsov) y se alojará en el casco. Esto reducirá la visibilidad antes los radares y “fusionará” el portaviones con el horizonte. Un buque de este tipo debe ser lo más plano posible para que se integre en la superficie del mar a larga distancia.
Los diseñadores también se esfuerzan por reducir la resistencia y refuerzan el casco con nuevos materiales, de modo que los aviones ubicados en el portaviones puedan despegar y aterrizar incluso durante una tormenta. Además, también habrá catapultas especiales para el despegue en condiciones meteorológicas adversas, además de los trampolines.