En el desfile del Día de la Victoria en Moscú el 9 de mayo, el Ejército ruso presentó una de sus últimas adquisiciones, el buggy de asalto multipropósito Chaborz-M3. Las fuerzas armadas rusas no habían dispuesto antes esta clase de vehículos.
Primer ‘buggy’ ruso
El Chaborz-M3 es un vehículo todoterreno militarizado diseñado para operar en áreas montañosas y boscosas inaccesibles, así como en los desiertos de Oriente Medio. Es capaz de superar árboles caídos y rocas de medio metro de altura, así como de escalar pendientes y colinas con un ángulo de hasta 80-90 grados.
El buggy tiene capacidad para tres personas: un conductor, un ametrallador y un lanzador de granadas. Cada uno tiene su propio puesto, diseñado para llevar a cabo un conjunto especial de tareas. El puesto del conductor es sencillo e incluye el volante, la caja de cambios, los pedales, etc. El ametrallador y el lanzador de granadas tienen soportes y municiones adicionales para sus armas (por cierto, sus puestos pueden ser adaptados para portar cualquier tipo de armas de fuego, ya sean estadounidenses, israelíes o incluso chinas).
El ametrallador se encarga de lo que ocurre delante del vehículo, disparando a los terroristas y destruyendo posiciones enemigas en un radio de 180 grados, mientras que el lanzador de granadas controla la parte trasera del vehículo, disparando proyectiles contra el enemigo.
Los buggies están diseñados para funcionar en grupos de varios vehículos. Por lo tanto, cada incursión de estas máquinas involucrará a tres o más vehículos a la vez.
Las tripulaciones de estos buggies son entrenadas en la Universidad de las Fuerzas Especiales de Rusia en la ciudad de Gudermés, creada por iniciativa del líder checheno Ramzán Kadírov. El entrenamiento es una especie de bonificación por los buggies comprados por Rusia y países amigos con los que la Universidad de las Fuerzas Especiales esté dispuesta a trabajar.
Características especiales
El buggy es un vehículo polivalente que puede utilizarse para todo tipo de tareas: reconocimiento sobre el terreno, operaciones de asalto, como puesto de avanzada móvil, para el transporte de fuerzas especiales, para desplegar un cordón antiterrorista en una zona determinada, etc.
Los militares rusos afirman que estos vehículos son necesarios debido a las peculiaridades de las guerras del siglo XXI.
“Hoy en día los conflictos armados son conflictos locales de alta o baja intensidad. De ahí la necesidad de disponer de equipos de respuesta rápida, que puedan llegar al destino requerido en cuestión de 30 minutos y eliminar a las guerrillas o terroristas que han atacado a personas o a un convoy militar”, dice Andréi (ha pedido que no se revele su apellido), un instructor de la Universidad de las Fuerzas Especiales de Rusia.
Estos buggies pueden ser desplegados desde helicópteros y aviones, e inmediatamente estar listos para la batalla. Dicho esto, a diferencia de varios vehículos de asalto de varias toneladas, un buggy no puede cruzar ríos. Esta es su principal desventaja. Por el lado positivo, el Chaborz es más ágil que otros vehículos todoterreno y puede alcanzar más rápido detrás las líneas enemigas o su retaguardia.
Los nuevos buggies ya han sido probados en combate en Siria. Allí pasaron cuatro meses y participaron en operaciones en los desiertos del país.
“Funcionaron con antigua gasolina de 60 octanos. Su motor resultó no ser muy exigente y tranquilamente “digirió” ese combustible. Después de las pruebas de combate, pensamos que sería una buena idea añadirles enganches para camillas, para que se puedan utilizar para evacuar a heridos del campo de batalla. Estamos trabajando en esto ahora”, añade Andréi.
Su interior
Dado que el vehículo fue diseñado para el Ejército, todos sus componentes se fabrican en Rusia. Así, el “corazón” del Chaborz-M3 es un motor de Lada Priora y su caja de cambios es una versión mejorada de una caja de cambios de Lada Granta.
La mayor atención se ha centrado en la potencia y el rendimiento campo a traviesa a expensas de la velocidad. Con un peso de 800 kg, el vehículo puede alcanzar velocidades de hasta 130 km/h tanto en carretera como en terrenos abruptos.
Las luces del buggy le permiten funcionar de noche, en completa oscuridad, en lugares donde no existe luz artificial.