El Yak-3 estaba armado con dos ametralladoras Berezin UBS de 12,7 mm y un cañón ShVAK de 20 mm y era capaz de alcanzar una velocidad de 655 kilómetros por hora.
Se produjeron 4.858 ejemplares de este caza que fue, a partir de su llegada al frente de combate en 1944, uno de los aparatos que consiguió las mejores cifras de derribos de cazas de la Luftwaffe.
Como no podía ser de otra manera, los entusiastas de los aviones históricos se han encargado de mantener en funcionamiento aviones originales o construir réplicas. Esto permite ver, en algún salón aeronáutico, escenas tan bellas como la que te presentamos a continuación, un Yak-3 volando en formación junto a un Spitfire.
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