Mamut Yuka.
Vitali BeloúsovEl equipo investigador dedicado al estudio del pequeño mamut llamado Yuka ha recibido por primera vez células biológicamente activas del fósil y ha conseguido restaurar parcialmente su ADN, tal y como informó la sección siberiana de la Academia Rusa de las Ciencias.
El material para la investigación se tomó del tejido del mamut, que hace 28.000 años se hallaba en un entorno que estaba siempre helado. El mamut llamado Yuka fue encontrado en el año 2011 en la costa del mar de Láptev, en Yakutia. El cuerpo del animal se conservó bien gracias a la congelación y tiene una lana de color rojizo, característica de los mamuts pequeños. Los científicos estudian los tejidos blandos, el cerebro y la piel, que no han sufrido la putrefacción.
Según explican los científicos, posteriores investigaciones ayudarán a descifrar información biológica que se encuentra en las células de los animales fosilizados, en concreto, sobre los mecanismos evolutivos y las causas de la extinción.
Los científicos de Yakutsk cooperan con un equipo de investigadores de Japón, dirigido por Akira Iritini desde finales de los años 90. Los trabajos de investigación ya han obtenido resultados, como el hallazgo del cerebro, que, por cierto, es el único cerebro encontrado de un animal fosilizado en el mundo.
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