La nueva generación de misiles rusos de alcance intermedio

Caza ruso MiG-31 cargado con un misil hipersónico Kinzhal.

Caza ruso MiG-31 cargado con un misil hipersónico Kinzhal.

Evgueni Biiátov/Sputnik
Después de la retirada de Estados Unidos del Tratado INF para eliminar los misiles con un alcance de 500-5.000 km, Rusia tiene la intención de trasladar a tierra sus misiles con base en aviones y barcos.

El presidente Vladímir Putin anunció el pasado 2 de febrero una respuesta similar a la retirada de EE UU del tratado de control de armas de medio alcance. En la próxima década aparecerán en Rusia instalaciones terrestres capaces de atacar bases enemigas a distancias entre 500 y 5.500 km.

¿Qué tipo de misiles serán?

Misiles Kalibr en tierra

En primer lugar, la orden presidencial implica el traslado de misiles tipo Kalibr del mar a la tierra. No solo se integrarán en los sistemas de armas terrestres, sino que se actualizarán con tecnologías hipersónicas capaces de eludir todos los sistemas de defensa antimisiles enemigos existentes.

“Actualmente, los misiles de crucero Kalibr son la guinda del pastel del sistema de armas ruso. Cada misil tiene un alcance entre 300 y 2.600 km. En lugar de una trayectoria balística descendente, el Kalibr bordea la topología local directamente por encima de las cabezas de las personas”, explicó a Russia Beyond el profesor Vadim Koziulin de la Academia Rusa de Ciencias Militares.

Barco ruso lanza un misil de crucero Kalibr.

Otro factor importante es el contenido de estas armas. Gracias a los avances tecnológicos de la próxima década cada ojiva de misiles contará con una fuerza explosiva casi nuclear.

“Será un arma precisa, altamente maniobrable y sin contaminación radioactiva en la zona de ataque. Así que después del impacto, las tropas de tierra podrán operar en la zona”, señaló.

Según Koziulin, el Ejército ruso está considerando el sistema de misiles Iskander-M como el portador del Kalibr terrestre. Estos sistemas actualmente están desplegados en Kaliningrado, en el enclave ruso en Europa del Este, para contrarrestar el escudo antimisiles de EE UU en Polonia. El arsenal de estos sistemas se ampliará con nuevas armas de precisión capaces de alcanzar objetivos tan lejanos como el Mediterráneo.

Del cielo a la tierra

Otro elemento de la nueva lista de “mejoras en tierra” es el último misil hipersónico Kinzhal (Daga) para aviones interceptores MiG-31. Fuentes militares afirman que este es actualmente el único misil aéreo capaz de volar a Mach 8.

En palabras del coronel general Serguéi Surovikin, comandante en jefe de las Fuerzas Aeroespaciales rusas, la versión lanzada desde el aire del Kinzhal puede atacar objetivos a una distancia de más de 2.000 km sin entrar en la zona de defensa aérea del enemigo.

“Viajando a una velocidad varias veces superior a la del sonido, el misil evade todos los sistemas actuales de defensa antiaérea y antimisiles”, afirmó Surovikin, en una declaración a la que ha accedido Russia Beyond.

Caza ruso MiG-31 con un misil hipersónico Kinzhal.

Además, el arma está equipada con un cabezal de búsqueda para poder operar en cualquier condición meteorológica, lo que le permite alcanzar objetivos independientemente del momento del día o de la noche, bajo la lluvia o en una tormenta.

La comunidad de expertos militares rusos cree que en la próxima década estos misiles podrían reconvertirse en armas terrestres defensivas. El único inconveniente es el precio: las carreras de armamentísticas no son baratas.

Estos son otros destacados misiles con los que cuenta Rusia.

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