Las dos nuevas armas se llaman Bronebóishchik (Fusilero Antitanque) y Monolit (Monolito”), informó la agencia de noticias TASS. Serán misiles guiados y no guiados con un calibre de 130 mm, diseñados para destruir aviones en refugios de hormigón armado, así como equipos especialmente blindados y tropas enemigas.
Vendrán en varias modificaciones y tendrán alcance de 1-4 km. Además, una fuente del complejo industrial-militar comentó a Russia Beyond que estos ingenios ya son capaces de penetrar hasta 6 m de tierra y un muro de hormigón armado de 1 m de espesor.
Los misiles serán mostrados al mundo en 2020, pero según nuestra fuente este plazo podría retrasarse hasta 2022, dependiendo de cómo se desarrollen y se realicen las pruebas militares.
Los ingenieros también están trabajando en las adaptaciones de estas ojivas para su exportación, pero estas versiones no aparecerán antes de que se entreguen las primeras al Ministerio de Defensa ruso.
Una breve historia de los misiles no guiados en Rusia
En los últimos años, Rusia ha intensificado su desarrollo de armas de alta precisión: misiles de crucero y misiles balísticos de diverso alcance. Todas estas armas (que, para tomar prestada una frase de George W. Bush, podrían “golpear a un camello en el trasero”) todavía se utilizan raramente en los teatros de operaciones: la mayor parte del trabajo sobre el terreno se realiza con helicópteros de combate armados con proyectiles no guiados.
Moscú desplegó por primera vez misiles aire-tierra no guiados durante la Guerra de Afganistán (1979-89). Una sola salida de un escuadrón de helicópteros de combate Mi-24 o de cazas de asalto Su-25 totalmente cargados con tales misiles garantizaba la destrucción de las instalaciones enemigas, independientemente de su tamaño.
Estos proyectiles se lanzaban desde una altura de 1,5 km, y una sola cabeza de combate, acoplada en el misil C-8 más sencillo, era suficiente para arrasar el terreno y atravesar a los soldados enemigos y su equipamiento con metralla en un radio de 15 a 17 m.
Esos proyectiles y las tácticas de guerra se han empleado en conflictos posteriores, incluyendo el de Siria, donde se utilizaron aviones de combate Mi-24 y Ka-52 para eliminar a los militantes y vehículos pesados de sus puestos avanzados antes de la llegada los militares de las Fuerzas Especiales rusas y del Ejército sirio regular.
Sin embargo, el progreso tecnológico y las amenazas a la seguridad exigieron que Rusia invirtiera en modernizar sus fuerzas estratégicas en materia de armas nucleares y sistemas de alta precisión (misiles de crucero y misiles teledirigidos). Las operaciones de EE UU y la OTAN en Oriente Medio también demostraron su utilidad. Por lo tanto, estos misiles no guiados para helicópteros quedaron en segundo plano, lo que no es sorprendente, ya que de todos modos estas aeronaves cumplían con la tarea que se les exigía.
Pincha aquí para saber más sobre las empresas rusas de ingeniería dedicadas a la producción de misiles de crucero.