El genial diseñador ruso de automóviles del siglo XIX que eligió trabajar en Alemania

Daimler, 1899.

Daimler, 1899.

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Borís Lutski era un ingeniero automotriz del Imperio ruso increíblemente talentoso. Trabajó codo con codo junto a personajes como Daimler y Maybach, creando motores revolucionarios y sentando las bases para la industria automotriz del siglo XX. Pero su legado está envuelto en el misterio.

"Hay un tal Lutski que vive en Berlín y gana mucho dinero. En cuanto a sus orígenes, es un judío ruso, en cuanto a la fe, es un cristiano ortodoxo". Así presentaba a Borís Lutski, en 1909, una edición del periódico Novoie Vremia. Se trataba de un ingeniero y pionero del automóvil que por entonces ya había estado trabajando para plantas alemanas por aproximadamente 10 años.

De hecho, este judío ruso nacido en el seno de una familia de comerciantes de Crimea, estudió en Alemania en la Universidad Técnica de Munich. Estaba ansioso por trabajar en el desarrollo de sistemas de motores y crear nuevos tipos de transporte, por lo que tuvo que elegir probar suerte con su investigación en Rusia o quedarse en Alemania, que en ese momento estaba más industrializada y desarrollada con respecto a su industria automotriz.

Techno-geek del siglo XIX

Él eligió la segunda opción. Como contaba la revista rusa Cyclist en 1901: "Los inventores rusos no pueden encontrar su camino en casa y son bienvenidos en el extranjero". Y Lutski fue uno de esos inventores que dedicaba todo su tiempo a los motores, y para lograr el éxito, tuvo que decidirse.

Borís Lutski.

Mientras trabajaba para la pequeña compañía Landes en 1888, construyó un nuevo tipo de motor de gasolina que se exhibió en Munich, haciendo que grandes compañías de sector se fijasen en él. También remodeló el motor de cigüeñal, y lo mejoró mucho.

'Carros con motor'

Durante la década de 1890, la carrera de Lutski dio un nuevo giro: comenzó a trabajar en la industria automotriz. En ese momento los automóviles no estaban particularmente desarrollados y tenían la pinta de cajas feas con cuatro ruedas sin techo. La prensa rusa, por ejemplo, los llamaba "carros con motor". Lutski hizo todo lo posible para producir mejores automóviles, comenzando por diseñar triciclos pequeños antes de pasar a vehículos más grandes.

Su reputación creció y se ganó el respeto de los fabricantes alemanes serios. Tanto es así que se convirtió en cofundador de la Unión Europea Automovilística. Las leyendas futuras de la industria como Gottlieb Daimler y Rudolf Diesel se convirtieron amigos suyos.

Daimler, 1888.

Lutski nunca abrió su propia compañía, trabajando como empleado para otras empresas. Por ejemplo, ayudó a crear varios modelos para Daimler-Motoren-Gesellschaft. Lutski también fue en parte responsable de la criatura más famosa de Daimler: Mercedes. Aparentemente, el ruso inventó el incomparable motor de cuatro pistones usado en el primer modelo.

Un hombre misterioso

Lutski no dejó descendencia, ni memorias, casi nada para revelar quién era realmente, aparte de sus inventos, por supuesto. Iván Barántsev, un escritor del diario automovilístico Za Rulem, señaló: "Algunos historiadores lo elogian; otros lo consideran un estafador. Lutski nos dejó más preguntas que respuestas". Ni siquiera está claro cómo y cuándo murió, con fechas posibles que van desde 1920 hasta 1946.

Gottlieb Daimler en Paris, 1886.

Sin embargo, algunas cosas sí están claras, como el hecho de que siguió siendo un patriota ruso. Cuando en 1900 decidió diseñar vehículos militares, transfirió el proyecto a Rusia porque no estaba dispuesto a trabajar para el Gobierno alemán. En 1902 también logró equipar al Ejército ruso con una docena de vehículos de transporte.

Continuando con su trabajo en diferentes proyectos (motores, vehículos, lanchas y aviones), Lutski se mantuvo activo hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial, pero el destino le jugó una broma cruel. Alemania fue a la guerra con Rusia. Fue detenido en Alemania y pasó todos los años que duró la guerra encerrado en prisión. Todo rastro del talentoso ingeniero desapareció a partir de entonces.

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