Boda rural en Daguestán: una experiencia irrepetible

Fuente: Iván Dimentievski

Fuente: Iván Dimentievski

Hacer una excursión a las remotas comunidades del Cáucaso es una experiencia magnífica, pero mezclarse con los lugareños en una boda rural es una manera incluso mejor de sentir cómo es la auténtica vida de las aldeas.

Daguestán es famoso por la variedad de sus grupos étnicos que preservan cuidadosamente sus tradiciones y cultura. La diversidad de las tradiciones culturales del pueblo daguestaní es extraordinaria: tened por seguro que os encontraréis con ritos y costumbres particulares en todas las aldeas de montaña


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Algunos elementos de los ritos y de sus creencias proceden de diversos acontecimientos históricos y se originaron hace mucho tiempo, cuando profesaban otras religiones y adoraban a otros dioses.

Esto es especialmente fácil de analizar mediante el ejemplo de la tradición nupcial: una boda es uno de los acontecimientos más importantes no sólo para los novios y sus familias, sino también para toda la aldea. Sucede a menudo que todo el pueblo asiste a una boda, así como muchos familiares y habitantes de otras aldeas u otras ciudades.

Daguestán es la mayor república rusa del Cáucaso Norte, tanto en extensión como en población (2,9 millones). Su capital es Majachkalá.

En la república hay una gran diversidad étnica, con docenas de etnias y lenguas diferentes. Entras las que se encuentran los ávaros, los lezguinos o los darguinos. En la región hay un problema de violencia entre los islamistas y el islam tradicional, sufí.

Viajan desde lejos para estar presentes en las bodas de sus familiares, amigos y compatriotas.

Los daguestaníes suelen celebrar sus bodas en la última mitad del verano o a principios del otoño. La elección de esa época del año tiene una explicación: es el tiempo en que han madurado frutas y verduras, protagonistas indiscutibles en cualquier banquete que se precie.

A veces se celebra más de una boda y entonces toda la vida en la aldea se detiene y el ambiente festivo se traslada a todos los rincones. Los talleres cierran sus puertas, así como los puestecitos de los artesanos. Todo el pueblo participa activamente en la preparación de la gran fiesta.

 

Fuente: Iván Dimentievski

Durante algunos días se reúne la gente mayor del pueblo para repartir las obligaciones: se ocupan de las invitaciones, compran la comida, contratan a los músicos, deciden el lugar de la boda y escogen el orden de todas estas acciones.

Por regla, una boda daguestaní dura tres días y hay unas reglas muy concretas sobre cómo debe transcurrir todo.

Un pueblo de montaña daguestaní llamado Balhar

El pueblo de alta montaña Balhar es célebre por sus artesanos de la arcilla. Las jarras de barro de esta localidad, así como los floreros o los juguetes para niños, hace tiempo que gozan de una gran popularidad más allá de los confines de la aldea. Además, el pueblo es famoso sobre todo por sus ceremonias nupciales, a las que acuden personas de todas partes de Daguestán para deleitarse la vista. Así, una actividad no planeada e inesperada puede convertirse en el plato fuerte del viaje de cualquier turista.

La parte más interesante e insólita de las bodas tiene lugar el segundo día. Al atardecer, una fila de mujeres cargadas de regalos se dirige a la casa donde vivirán los recién casados. Las mujeres llevan jarras, alfombras, telas, platos… En definitiva, todo lo que los recién casados necesitan en su nueva casa.

Cuando se hace oscuro, los hombres, incluido el novio, encienden las antorchas y van a casa de la novia. Cabe señalar que las calles en esta aldea de montaña prácticamente no están iluminadas, así que la luz procede únicamente de algunas antorchas.

 

Fuente: Iván Dimentievski

Cuando llegan a casa de la novia, la procesión, acompañada de jolgorio, risas y gritos, se encuentra con los familiares por parte de la novia, y a todos los invitados se les hace tomar asiento detrás de una mesa larga.

En este momento, todas las mujeres de la delegación se reúnen en la habitación de la novia. Después de una breve conversación y unos bailes, llega una de las mujeres más mayores para supervisar cómo va todo y vestir a la novia. Además del vestido tradicional, la cabeza de la novia se cubre con una tela para que no vea nada. Después, la conducen al exterior de la casa.

Todo el gentío, con antorchas en las manos, se dirige a toda prisa a casa del novio: es allí donde conducen a la novia. Durante la procesión, se ve encendida en cada casa una enorme hoguera: es el símbolo de la bienvenida. Si en alguna de las casas delante de las cuales pasa la novia no hay una hoguera encendida, significa que existe algún conflicto grave con la familia del novio o de la novia.

En el momento en que la novia, con ayuda de sus amigas, llega a casa del novio, todos están ya reunidos en el interior. Por lo general, hay tanta gente dentro que cabe no todo el mundo. Antes de pasar a su habitación, la novia debe subir rodando una torta plana y redonda de pan. Si  la parte del pan con las marcas cae boca arriba, es un buen presagio; si cae al revés, es sinónimo de desgracia. Para evitar que la parte del pan con las marcas caiga boca abajo, algunas viejas se sientan a los lados cerca de la entrada y vigilan cómo rueda el pan: si ven que va a caer mal, le dan un empujón para que caiga del modo correcto.

Cómo llegar hasta allí

Balhar está situado en la parte alta de Daguestán, en la región de Akushin. Desde Majachkalá se puede ir en autobús de línea o en minibús hasta el pueblo de Akusha. Allí, la mejor opción es buscar un taxi y, trece kilómetros después, os encontraréis en Balhar.

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