El terreno infranqueable ha sido el principal problema para los numerosos grupos de rescate que han participado en la búsqueda de Yana Tomachiova, la adolescente que se perdió el pasado 24 de julio en el denso bosque siberiano, concretamente en el suroeste de la región de Krasnoyarsk (a 4.000 km de Moscú).
Yana Tomachiova. Fuente: Ministerio de Emergencias ruso de la región de Krasnoyarsk
Incluso los vehículos de oruga apenas podían penetrar el terreno hostil, lleno de pantanos y bosques. Varios grupos de rescate llegaron en helicóptero a diferentes puntos del bosque y empezaron la búsqueda sobre el terreno.
"Los lugareños llaman esta zona 'la tierra de los osos", comenta a RBTH Vladímir Yúrchenko, jefe de prensa de la Policía en el territorio de Krasnoyarsk. "Cada equipo de rescate formado por voluntarios iba acompañado por un policía armado para evitar ataques de animales salvajes".
Sin embargo, la niña tuvo mucha suerte ya que no tropezó con ningún oso, un gran peligro incluso para hombres armados. De hecho, se informó de que un grupo de rescate había visto un oso y un cachorro en la zona mientras buscaban a la niña.
Cama de abeto, gotas de rocío y ración de bayas
En varias ocasiones los grupos de rescate descubrieron lugares en los que la adolescente había pasado la noche: la niña usaba ramas de abeto para hacerse una cama. Su ingeniosidad pudo haberle salvado la vida: las temperaturas en esta área son muy bajas por la noche.
Yana Tomachiova. Fuente: Ministerio de Emergencias ruso de la región de Krasnoyarsk
”Ha estado lloviendo. Es verano en Siberia, pero en la taiga la temperatura alcanza +20º durante el día y baja hasta +6-7º por la noche”, dice Yúrchenko.
A falta de otra cosa, la niña se alimentaba con bayas que crecen en abundancia en el bosque. Encontraba agua en pequeños arroyos y, a veces, bebía el rocío que se quedaba en la hierba.
Esa ración espartana era suficiente para que la niña sobreviviera durante una semana en la taiga, pero no lo suficiente como para que su organismo funcionase bien. «Hemos hablado con la chica hoy y nos dice que no escuchó los helicópteros. Pero hay que tener en cuenta que la niña estaba agotada, pasando días en el bosque, comiendo solo las bayas del bosque”, comenta Yúrchenko.
Aunque la encontraron agotada, en general, parecía que la niña estaba bien cuando por fin la rescataron en un helicóptero. Es posible que aparte del gran trabajo de los grupos de rescate, la fuerza de voluntad que la adolescente mostró en unas circunstancias muy duras, también haya ayudado a salvarle la vida.
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