Desarrollo económico, educación y confianza: la tríada para el éxito

Dmitri Divin
Para poder reformar la educación es necesario contar con los mejores profesionales. En la actualidad hay numerosos científicos rusos por todo el mundo y la educación en Rusia adolece de ciertos problemas crónicos. El país tiene que esforzarse para contar con los mejores profesionales.

El capital humano es una condición necesaria para el desarrollo económico. Pero no es el único requisito. Hay un gran problema cuando se rompe la confianza entre el Estado y los ciudadanos. En esta situación es imposible llevar a cabo cualquier reforma económica. Para preservar estos lazos de confianza, el Estado debe cumplir con sus obligaciones, incluidas las educativas. La gente joven deber confiar en que sus acciones serán útiles para el futuro.

En cualquier país la educación debería producir tanto ventajas personales como a nivel laboral. No es un secreto decir que en los años 60 la URSS iba por delante de Occidente y que contaba con un inmenso capital humano, pero esto no provocó un gran éxito económico. La URSS fracasó a la hora de colocar el capital humano en una situación que fuese más pragmática.

En la actualidad Rusia va a la zaga de los países occidentales en lo que respecta al desarrollo de la educación, lo que influye en la fuga de cerebros que ha tenido lugar recientemente. Por ejemplo, uno de los fundadores de Google, Sergey Brin, nació en Rusia y estudió con sus padres en el departamento de Mecánica y Matemáticas de la Universidad Estatal de Moscú, pero posteriormente emigró a los EE UU, y de alguna manera por esto apareció Google allí. Si un país cuenta con talentos, tiene que utilizarlos.

La educación en Rusia adolece de los males del pasado, lo que incluye una excesiva especialización y la ausencia de un acercamiento amplio. La mayoría de las universidades rusas siguen enseñando economía marxista y, como resultado, los estudiantes tienen dificultades para comprender qué es lo que ocurre en mundo actual.

La principal traba es que el país carece de profesores con experiencia en el extranjero. No es un problema específico de Rusia; en otros países postcomunistas, como Polonia, la República Checa o Eslovaquia tienen el mismo problema.

El vínculo mental que se establece entre el sistema educativo y el bloque socialista se ha mantenido porque los profesores han sido los mismos. Por nuestra parte, con la expansión de la Escuela de Economía de Rusia, tratamos de hacer algo al respecto .

La situación podría cambiar si los investigadores que emigraron regresaran al país, como yo hice en su momento. Sin embargo, es necesario que se hagan esfuerzos y haya un cierto grado de motivación, porque la vida en los países occidentales suele ser más cómoda que en Rusia.

En su momento, el sistema de súperbecas- un programa especial que lanzó el gobierno para que volvieran científicos- ayudó a revertir la situación. Muchos científicos que habían nacido en la URSS volvieron a trabajar en su país. Se trata de un proceso largo, pero el trabajo para que vuelvan los científicos debe continuar. El éxito no es inmediato, pero este proceso no se puede detener.

Shlomo Weber, recotr de la Escuela de Economía de Rusia. Emigró de la URSS en los años 70 y volvió a Rusia en la década del 2000.

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