Nicolás II con su hija Anastasía y sus sirvientes en el jardín del palacio de Alejandro en Tsárskoie Seló.
Foto de archivo“Por el día cortamos unos grandes abetos (…). Hubo un fuego enorme, el cielo estaba rojizo y en el aire había olor a quemado, quizá de turba quemada en algún lugar. Fuimos a navegar un poco. Paseamos hasta las 8 de la tarde. Comencé un volumen de El conde de Montecristo”, escribió el zar Nicolás II en su diario el 5 de junio de 1917.
Zarévich Alejo Nikoláievich.
FOTOGRAFÍA DE ARCHIVOEl diario del zar Nicolás II resulta algo ingenuo. Habla sobre cómo se divierte con los niños, de sus lecturas, de vela, del tiempo que pasa en el jardín. En alguna ocasión expresa sus preocupaciones acerca del futuro de Rusia y por los sucesos revolucionarios. “¿Qué es lo que la providencia le guarda a Rusia? Se hará la voluntad de Dios”, escribe el zar.
Príncipe Alejo toma un baño en la jardín del palacio de Alejandro.
Foto de archivoAlejo fue el último hijo de la familia Romanov. El verano cumplió 13 años. Estaba seriamente enfermo de hemofilia.
En la foto las princesas Tatiana y Anastasía descansan en el jardín del palacio de Alejandro. Tatiana tiene entre manos a su bulldog favorito, Ortino.
Los revolucionarios no raparon a las princesas Anastasía, Tatiana, Olga y María sino que lo hicieron ellas mismas tras recuperarse del sarampión.
“Llovió por la noche y el día fue claramente más fresco. Durante el día trabajamos en un pequeño camino y cortamos y serramos varios abetos. Después de cenar nos visitó el matrimonio Benckendorf”, escribió el zar el 23 de julio de 1917.
Nicolás II en el jardín del palacio de Alejandro.
Foto de archivo“Un día que me seguían cuatro soldados con rifles, me adelanté sin decir nada y me fui más lejos. Desde entonces comencé a dar largos paseos”, le escribió el zar a su hermana Ksenia en una carta.
Nicolás II acompañado de un soldado de la guardia.
Foto de archivoAl parecer el zar estaba obsesionado con el ejercicio físico y su actividad favorita era cortar árboles. También le gustaba la jardinería.
Zarina Alexandra.
Foto de archivoNicolás escribió en su diario antes de casarse sobre su futura esposa: “Mi sueño es casarme un día con Alix de Hesse. La amo desde hace mucho pero de manera más profunda y ferviente desde 1889, cuando pasó seis semanas en San Petersburgo”. La zarina Alexandra se contagió de difteria siendo joven y tuvo problemas de reumatismo y de nervios.
Después de pasar el verano bajo custodia el 1 de agosto la familia del zar se fue al exilio en Tobolsk, donde pasaron el resto de su vida.
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