Abordaron en Estambul cuestiones clave sobre las relaciones bilaterales.
ReutersUn importante resultado del encuentro entre los dos líderes ha sido la firma de un acuerdo intergubernamental para la construcción del gasoducto Turkish Stream.
El acuerdo sobre la construcción del gasoducto se alcanzó en diciembre de 2014. El proyecto estaba llamado a convertirse en la alternativa al proyecto del gasoducto South Stream, que pretendía unir Rusia con Bulgaria pasando por el lecho del Mar Negro. Sin embargo, varios motivos (como la cuestión sobre los descuentos o sobre el número de ramales del gasoducto, así como el empeoramiento de las relaciones bilaterales tras el derribo del avión ruso por parte de Turquía) la realización del proyecto se ha ido posponiendo.
En la reunión mantenida en Estambul, Rusia y Turquía lograron acabar lo que habían empezado y se ha firmado un acuerdo intergubernamental. Ambos países han acordado los términos de los descuentos al precio del gas en el marco de este proyecto.
Al finalizar el encuentro, el presidente Putin señalaba que “de este modo avanzamos hacia la realización de los planes del presidente de Turquía sobre la construcción de un gran centro energético en este país”.
Otro aspecto importante de la cooperación bilateral es la cuestión dela retirada de las sanciones económicas unilaterales impuestas por Moscú a Ankara tras el incidente del avión ocurrido hace un año. El presidente Putin ha declarado que Moscú ha decidido volver a permitir la entrada de los productos de alimentación turcos en el mercado ruso.
Según el líder ruso, esta decisión beneficia a ambos países. Putin aclaraba que se trata de productos agrícolas, concretamente de frutas de hueso y cítricos. “La agricultura rusa no cultiva estos productos y nosotros contamos con que la entrada en el mercado de los productos turcos contribuya a que sus precios bajen”, declaraba Putin.
Según el presidente ruso, “el mercado ruso vuelve a abrirse a nuestros socios turcos”. Putin recordaba que “el volumen de las ventas de estos productos turcos en el mercado ruso el año pasado ascendió a 500 millones de dólares”.
Además de las cuestiones de cooperación económica, en el orden del día figuraba la cuestión siria. Tanto para Rusia como para Turquía, el problema de Siria sigue siendo una cuestión prioritaria en su política exterior.
Ambos están involucrados militarmente en el conflicto sirio. Rusia lleva a cabo operaciones aéreas contra los guerrilleros del Estado Islámico. Turquía participa en la operación “Escudo del Éufrates” al norte de Siria, donde protege, también del Estado Islámico, las zonas de la frontera con Siria.
Turquía también se enfrenta a los kurdos, que según Ankara están relacionados con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán, el PKK, los separatistas kurdos enfrentados al gobierno de Turquía desde 1984. Turquía, EE UU y la UE consideran que es una organización terrorista.
Sin embargo, entre las posiciones de Rusia y Turquía existe una diferencia considerable: mientras que Moscú apoya al régimen de Asad y bombardea las agrupaciones antigubernamentales, Turquía apoya a las fuerzas enfrentadas al gobierno y califica de terrorista el régimen de Asad.
“Rusia y Turquía acordaron los términos de la operación Escudo del Éufrates durante la visita del presidente Erdogan a San Petersburgo el pasado mes de agosto. Moscú no mostró prácticamente ninguna reacción al principio de la operación turca en Siria”, señala Yuri Mavashev, director de la sección política del Centro de Estudios de Turquía Contemporánea.
Según el experto, entre Moscú y Ankara existe un acuerdo tácito: no interferir en los asuntos del otro. Durante la visita del presidente Putin este acuerdo se ha confirmado y consolidado. “Los políticos y los medios de comunicación turcos guardan silencio acerca de la participación rusa en Alepo. Están cumpliendo una orden: nosotros en Alepo no tenemos nada que hacer porque Rusia nos ha dado el norte de Siria”, señala Mavashev.
Kerim Khas, experto en política euroasiática de la Organización Internacional de Investigación Estratégica, con sede en Ankara, opina que “De hecho, el acuerdo concreto entre el presidente Erdogan y el presidente Putin sobre la crisis de Siria es la continuación de una agenda positiva y de las negociaciones a través de un mecanismo tripartito de contacto directo de alto nivel entre los ministerios de Exteriores, los Estados Mayores y los servicios de inteligencia de ambos países. La situación en Alepo, la crisis humanitaria en Siria y la distinción entre grupos de la oposición y terroristas se discutirá a través de este mecanismo”.
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