La orquesta sinfónica del Teatro Mariinski dio un concierto gratuito bajo la dirección de Valeri Guérguiev en la parte histórica de Palmira
ReutersA primera hora de la mañana, nuestra caravana de vehículos iniciaba su marcha de 300 km desde Latakia hasta Palmira.
Los coches de los periodistas avanzan acompañados de las Fuerzas Aeroespaciales y la infantería de Rusia. En tierra, el paso de la caravana está cubierto por varios BTR-82A con cañones de 30 mm y vehículos blindados de la clase Tigr con soldados de las fuerzas especiales. Desde el aire garantizan nuestra seguridad helicópteros militares Mi-24 y Ka-52.
Cada 5-10 km encontramos en el camino puestos de control con soldados del ejército sirio, que cuentan con distintos tipo de refuerzos. En algunos encontramos un pequeño destacamento de soldados con unas mínimas medidas de protección, pero en algunas zonas encontramos zanjas y trincheras, tanques y cañones de artillería. Según me explican los soldados rusos, se trata de puntos en los que se producen enfrentamientos con los terroristas. Cuando ven la caravana rusa nos saludan y aprueban nuestra marcha.
Seis horas después llegamos a Palmira. Nuestra llegada coincide con varios cañonazos: las armas del ejército sirio bombardean las posiciones de los guerrilleros del Estado Islámico. El día anterior, a 15 km de nuestra ubicación hubo combates contra un grupo de terroristas que había organizado un punto de resistencia en la ciudad de Sujna.
En la actualidad, en las inmediaciones de Palmira se encuentra una base temporal de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa que cuenta con sistemas de misiles autopropulsados Pantsir-S1 para cubrir a las tropas y a los zapadores de los ataques desde el aire. El resto de la información sobre la tecnología de la base militar rusa constituye alto secreto de Estado.
En el lugar donde una vez se levantó esta próspera ciudad turística poblada por 5.000 habitantes únicamente quedan unos cuantos edificios abandonados y medio derruidos. Por todas partes se ven las huellas de las cargas de artillería y de tanques. Da la sensación de que ni un solo muro se ha librado de las ráfagas de ametralladoras y fusiles automáticos.
Según comenta a RBTH uno de los soldados del Ejército sirio, los combates más duros no se llevaron a cabo en la parte histórica de Palmira, sino en los límites de la ciudad, en unas calles muy estrechas con gran concentración de pequeñas viviendas.
“En estos combates no participó la aviación rusa. Únicamente luchó la infantería, que llegó incluso a combates cuerpo a cuerpo”, recuerda el soldado sirio los acontecimientos de aquellos días.
Según el soldado, la base principal de los guerrilleros del Estado Islámico la forman extranjeros que han abrazado el islam y han viajado al país para participar en la guerra civil. “Algunos vienen por sus propias convicciones ideológicas, otros en busca de dinero y beneficios, y otros simplemente para saciar su sed de violencia”, cuenta el soldado sirio.
Únicamente un 20 % de los guerrilleros son soldados profesionales. El 80 % restante es carne de cañón empujada a la lucha armada. “Estos hombres no sabían qué hacer durante el ataque: no eran capaces de orientarse ni de encontrar puntos de fuego o de ponerse a cubierto”.
Algunos terroristas se dedicaron a promover un “pequeño negocio” entre los habitantes cautivos. Se ofrecía para sacar de la ciudad a un habitante o a una familia entera. Los llevaba hasta el último punto de control a las afueras de Palmira y allí los dejaba “en libertad”, lo que significaba acabar solo sin comida ni agua en medio del desierto y recorrer a pie los 100 km que hay hasta la ciudad de Homs. La persona invertía todo su dinero en esta “huida”, y en muchas ocasiones el terrorista fusilaba al fugitivo allí mismo.
Ayer la orquesta sinfónica del Teatro Mariinski dio un concierto gratuito bajo la dirección de Valeri Guérguiev en la parte histórica de Palmira para los habitantes locales y los soldados que participaron en la liberación de la ciudad.
Según señala el famoso director, esta actuación es un homenaje a las personas que dieron su vida en la defensa de Palmira. “Nuestro concierto es un llamamiento a olvidar nuestras diferencias ante la amenaza del terrorismo y a unir nuestras fuerzas para reconstruir la ciudad”, declaraba Guérguiev a para RBTH.
El director del Hermitage, Mijaíl Piotrovski, comenta a RBTH que los daños en Palmira han resultado ser menores de lo que se esperaba. “Efectivamente, más del 50 % de la ciudad ha resultado dañada, pero la mayor parte puede reconstruirse. En mi opinión, harán falta de cinco a siete años para restablecer una parte de la ciudad de Palmira”, señala el experto.
La lucha de Rusia contra el Estado Islámico en Siria continúa
Un corresponsal de RBTH visita Jmeimim, la base de las Fuerzas Armadas de Rusia en Siria, para conocer de primera mano el transcurso de la guerra contra el Estado Islámico y de Jabhat al-Nusra tras la retirada de la agrupación principal de las tropas rusas.
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