Por qué siguen muriendo militares rusos en Siria

El pasado viernes se confirmó la muerte del sexto miembro del Ejército.

El pasado viernes se confirmó la muerte del sexto miembro del Ejército.

EPA
A pesar de la decisión de retirar la mayoría de las tropas rusas de Siria, el pasado viernes murió el sexto militiar ruso en el país árabe, según el portavoz de la base de Jmeimin.

“Un oficial de las Fuerzas Especiales de Rusia murió cerca del asentamiento de Tadmor (en la provincia de Holms) durante una operación especial que tenía como objetivo guiar los ataques de aviones rusos contra el Estado Islámico”, informa la agencia de noticias RIA Novosti. 

“El oficial llevaba una semana realizando tareas de combate en el área de Palmira. Debía identificar lugares con presencia de combatientes del Estado Islámico y dar las coordenadas precisas para que los aviones rusos lanzasen sus ataques”, informaba el pasado 24 de marzo la agencia.

Según el portavoz, el ofical tuvo “una muerte heroica” y atrajo el fuego amigo después de haber sido descubierto por los terroristas.

El coronel Alexander Dvórnikov, que comanda el contingente ruso en Siria, anunció el pasado día 23 que las Fuerzas Especiales de Rusia realizaban misiones de reconocimiento para realizar ataques aéreos y dirigir los aviones.

Tarea de gran peligro

El coronel retirado Vladímir Anojin, vicepresidente de la Academia de Asuntos Geopolíticos y que durante el periodo soviético llevó a cabo misiones de combate en Siria, explicó por qué los hombres que asisten a las Fuerzas Aéreas a identificar los objetivos se encuentran en una posición de extrema vulnerabilidad.

“Un oficial se encuentra en las formaciones de combate de las fuerzas de ataque y modifica directamente los objetivos de la aviación”, explicó al diario Vzgliad.

“Todo esto tiene lugar muy cerca de la línea que une a las dos partes enfrentadas, y es por eso que el oficial se encuentra bajo mucho peligro”. 

Alexander Perendzhiyev, experto de la Asociación de Militares Politólogos y militar retirado explica que los rastreadores “se adentran en el territorio enemigo y desde ahí dan a las tropas de artillería o a los bombarderos aéreos las coordenadas para los objetivos”.

“Se trata de una profesión muy peligrosa. Los riesgos son muy altos y las personas que hacen estas tareas entienden que pueden perder su vida si se descubre su posición”, explicó.

El oficial de las fuerzas especiales murió cerca de la antigua ciudad de Palmira, donde tuvieron lugar intensas batallas entre miembros del Estado Islámico y las tropas de Bashar al Asad, que finalmente retomaron la histórica ciudad.

El domingo miembros Ejército sirio retomaron la ciudad. “Después de violentos combates, el Ejército controla totalmente la ciudad de Palmira, lo que incluye la ciudad antigua y la parte residencial. Los yihadistas se han ido”, afirmaban militares sirios. 

Según informó RIA Novosti, la artillería y la aviación no actúan cerca de los lugares considerados Patrimonio de la Humanidad.

Publicado originalmente en ruso en Vzgliad.

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