Durante la llamada Guerra de Desgaste (1967-1970). La URSS no podía dejar caer a su aliado y se hizo cargo de la defensa del cielo egipcio, pero sin demostrar su implicación directa en el conflicto.
Israel decidió llevar a cabo la Operación Rimon 20, uno de los capítulos más negros de la historia de la Fuerza Aérea soviética después de la Segunda Guerra Mundial. La idea era que los soviéticos cayeran en una trampa.
El 30 de julio de 1970, 12 cazas a reacción Mirage y cuatro Phantom israelíes penetraron profundamente en territorio egipcio. Volaron muy cerca de la tierra, lo más cerca posible el uno del otro. Gracias a esas maniobras ocultaron cuántos eran, ya que en lugar de múltiples objetivos el enemigo solo veía varios aviones en sus radares.
Los soviéticos enviaron 24 MiG-21 para interceptar los aviones de reconocimiento, pero en su lugar se enfrentaron a 16 cazas enemigos con los mejores pilotos que Israel pudo encontrar para esta misión. Los israelíes eran mucho más experimentados, atacaron desde diferentes direcciones y derribaron cuatro aviones soviéticos, sin perder uno solo.
El incidente, explicamos en un anterior artículo, conmocionó tanto a los dirigentes soviéticos que inmediatamente cesaron sus vuelos militares en la región. Los egipcios, cuyos cielos ahora están desprotegidos, no tuvieron más remedio que rendirse.
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