Así ayudaron al Ejército Rojo checos y eslovacos a derrotar a los nazis (Fotos)

Historia
BORIS EGOROV
El 1er Batallón Checoslovaco Separado fue la primera formación extranjera en el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. Seis de sus soldados se convirtieron en Héroes de la Unión Soviética.

“Los checos demostraron ser valientes guerreros, no retrocedieron en la batalla, no se aferraron a sus vidas y las sacrificaron sin vacilar cuando fue necesario”. Así se refirió el artillero soviético Romn Glok a los soldados del I Cuerpo de Ejército Checoslovaco, que lucharon codo con codo con los soldados del Ejército Rojo contra los nazis.

En julio de 1941, la URSS y el gobierno checoslovaco en el exilio acordaron realizar acciones conjuntas contra la Alemania nazi. En septiembre del mismo año, las partes firmaron un acuerdo según el cual se planeaba crear unidades militares checoslovacas en territorio soviético.

La formación del 1er Batallón Checoslovaco Separado comenzó en enero de 1942 en la ciudad de Buzuluk, cerca de la RSS de Kazajistán. A él se unieron voluntariamente checos, que se encontraban en la Unión Soviética tras la ocupación de su patria por los alemanes, así como eslovacos, que no querían vivir en la República Eslovaca títere que había sido creada apresuradamente por los nazis.

“Los voluntarios que llegaron a Buzuluk desde todos los rincones de la vasta tierra soviética se unieron a la unidad militar no para hacer algún tipo de demostración, sino para luchar, para ayudar a su pueblo a lavar la vergüenza de Múnich y ajustar cuentas rápidamente con los ocupantes, colaboradores y traidores”, recordaba Ludvik Svóboda, comandante del batallón, general y presidente de la República Socialista Checoslovaca.

En cuestiones organizativas, el batallón estaba subordinado al gobierno checoslovaco en el exilio, y en cuestiones militares, al mando del Ejército Rojo. “Los oficiales-instructores soviéticos llegados del frente... nos proporcionaron una gran ayuda, compartiendo su rica experiencia de combate. Las clases con el personal se realizaban continuamente. Tenían lugar en condiciones cercanas a una situación de combate”, escribió Svóboda.

El 27 de enero de 1943, el 1er Batallón Checoslovaco Separado recibió ceremoniosamente una bandera de combate con el lema de los husitas, seguidores del reformador religioso checo Jan Hus, escrito en ella: Pravda vítězí”(“La verdad triunfa”). Y, ya en marzo, el batallón recibió su bautismo de fuego durante la Tercera Batalla de Járkov.

Los combatientes checoslovacos estaban bajo el control operativo de la 25ª División de Rifles de la Guardia soviética y tomaron posiciones a lo largo de la orilla izquierda del río Mzha, en los accesos suroccidentales a Járkov. “Nuestro primer bautismo de fuego fue amargo y sangriento...”, se lamentaba Svóboda. En aquellas batallas murieron 112 voluntarios, entre ellos tres comandantes de compañía y diez de pelotón; 106 soldados resultaron heridos y casi 30 desaparecieron.

Uno de los muertos fue el “nadporuchik” (“primer teniente”) Otakar Jaroš, que se convirtió en el primer extranjero en recibir el título de “Héroe de la Unión Soviética”. Jaroš fue herido dos veces, pero continuó al mando de su compañía y disparando contra el enemigo que avanzaba. Murió mientras animaba a sus soldados a contraatacar a los tanques alemanes.

El mando soviético apreciaba mucho la eficacia en combate del batallón. En abril de 1943 se desplegó en su base una brigada que participó en la liberación de Kiev. En la primavera de 1944 se formó un cuerpo de ejército. Los combatientes checoslovacos disponían ahora de artillería de campaña, antitanque y antiaérea, así como de un regimiento de tanques independiente.

El 29 de agosto de 1944 comenzó un Levantamiento Nacional Eslovaco a gran escala. El mando soviético envió tropas desde dos frentes ucranianos para ayudar a los rebeldes, incluido el 1er Cuerpo de Ejército Checoslovaco. El 6 de octubre, sus combatientes, con el apoyo de unidades del Ejército Rojo, capturaron el paso de Dukla, entrando así en el territorio de su patria. Sin embargo, el enemigo consiguió retrasar a las tropas y reprimir el levantamiento.

Los checos y eslovacos que lucharon en el bando de la URSS encontraron el final de la guerra en Praga. El 10 de mayo de 1945, el destacamento de avanzada de la 1ª Brigada Checoslovaca de Tanques entró en la ciudad y, una semana más tarde, todo el personal del cuerpo recorrió las calles de la capital en un desfile ceremonial. Después de la guerra, esta unidad de armas combinadas se convirtió en la base del nuevo Ejército Popular Checoslovaco.

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