Este exquisito collar del siglo XIX perteneció a una princesa de Zanzíbar y Omán. La joven respondía al complicado nombre de Sayyida Salma bint Sa'id al-Busa'idi, aunque en Occidente se la conoce como Emily Ryuthe. La cuestión es que se convirtió al cristianismo, se casó con un comerciante alemán y huyó con él a Alemania.
Allí escribió la primera autobiografía del mundo de una noble árabe: Memorias de una princesa árabe, en la que contaba su vida, cómo aprendió a leer y escribir por su cuenta, fue secretaria de su hermano sultán, pero tuvo que abandonar el país porque se quedó embarazada de un alemán.
En sus memorias escribe que su madre era de ascendencia circasiana, originaria del Imperio ruso. Cuando era muy joven, ella, una hermosa muchacha, fue robada a su padre granjero. Se sabe que en el harén del sultán Seyid Said, de las 75 concubinas, había seis mujeres circasianas nacidas en el Cáucaso ruso.
Las joyas, armas, trajes nacionales y otros tesoros de la princesa pueden verse ahora mismo en los Museos del Kremlin de Moscú, en la exposición “Tesoros de plata de Omán”, abierta hasta el 29 de septiembre.
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