En la playa.
MAMM/MDF/russiainphoto.ruAl igual que hoy, los habitantes del Imperio ruso en verano buscaban alejarse de las ciudades para ir al campo, esconderse del sol a la sombra de los árboles y disfrutar de lugares pintorescos en buena compañía.
En la casa de campo.
MAMM/MDF/russiainphoto.ruPor supuesto, en aquella época solo la gente con recursos se podía ir de vacaciones: nobles, comerciantes y habitantes acomodados de las ciudades. Algunos iban de vacaciones a sus propias fincas, otros alquilaban dachas en el campo e invitaban allí a sus parientes o amigos.
Tomando un té en la dacha.
MAMM/MDF/russiainphoto.ruLas diversiones populares incluían charlas, música y representaciones teatrales de aficionados.
Los Sokolov-Borodín en la dacha.
MAMM/MDF/russiainphoto.ruSin embargo, el pasatiempo más frecuente y favorito eran las largas meriendas al aire libre. Una especie de sobremesa rusa.
Veraneantes en la dacha.
Colección de G. A. Maximova/russiainphoto.ru/Los veraneantes también pasaban el tiempo con un libro.
Iósif Lubní-Gertsik con su nieto.
MAMM/MDF/russiainphoto.ruA los nobles rusos les encantaban los pícnics en la naturaleza.
Incluso la familia real se sentaba a menudo en la hierba. En esta foto aparecen la emperatriz María Fiódorovna, grandes duques y duquesas y otros familiares de los Romanov.
El Gran Duque Jorge Aleksándrovich (en el centro con uniforme blanco) de pícnic.
Archivo de Serguéi Borékchiev/russiainphoto.ruOtra forma popular de escapar de la ciudad fueron unas vacaciones en la playa. Casi siempre elegían Crimea y sus pintorescos alrededores. Aquí venía para mejorar su salud gracias a la curativa brisa marina.
En el viñedo.
Nikolái Vecherski/MAMM/MDF/russiainphoto.ruY, por supuesto, hacían paseos por la montaña.
Crimea. Descanso en el sendero de montaña.
A. Smirnov/ MAMM/ MDF/russiainphoto.ruLa familia real y los nobles ricos tenían sus palacios y casas en la costa. La foto muestra a la princesa Yusúpova (a la izquierda) en su palacio de Crimea, en Koreíz.
Palacio de los príncipes Yusúpov en Koreíz. Princesa Zinaída Nikoláievna Yusúpova con una mujer desconocida en el balcón.
Museo Estatal Arjánguelskoie/russiainphoto.ruTambién construyeron aquí unas dachas más modestas. Por ejemplo, Antón Chéjov, que padecía tuberculosis, acudía a menudo a su dacha en Crimea.
Antón Chéjov de paseo.
MAMM/MDF/russiainphoto.ruEn Crimea se podía conocer a intelectuales de todo tipo y comunicarse con ellos en un ambiente informal. Lev Tolstói recibió aquí a muchos invitados: el escritor vivió en el palacio de sus amigos durante casi un año.
Lev Tolstói y Antón Chéjov en Gaspra.
P. Sergeienko/ Museo Estatal de Lev Tolstói/russiainphoto.ruLos viajes a los balnearios minerales del Cáucaso también estaban de moda. En la foto: dos jóvenes en Yesentukí.
Fuente 17 en Yessentukí.
MAMM/MDF/russiainphoto.ruMijaíl Lérmontov describió con detalle este tipo de vacaciones, cuando la gente bebía agua mineral y paseaba por la montaña, en su novela Un héroe de nuestro tiempo.
Un marimonio.
E. Kukulévich/MAMM/MDF/russiainphoto.ruCabe destacar que la nobleza nunca se bañaba en el mar ni en los lagos: se consideraba una actitud propia de las clases bajas. Incluso en la playa permanecían completamente vestidos.
A orillas del lago.
Archivo de Iván Yegórov/russiainphoto.ruTomar el sol también se consideraba indecente, así que todos intentaban esconderse bajo sombrillas y toldos.
En la playa.
MAMM/MDF/russiainphoto.ruEn raras ocasiones, sólo a los niños se permitía nadar.
En la playa.
MAMM/MDF/russiainphoto.ruSin embargo, la nobleza no sólo contemplaba el agua desde lejos, sino que también hacían paseos en barco o en crucero.
Paseo en barco.
MAMM/MDF/russiainphoto.ruLos cruceros en barco de vapor por el río Volga eran especialmente populares.
"El Volga tal como era". Pasajeros en un barco de vapor del Volga.
Archivo de Iván Yegórov/russiainphoto.ruLa familia real viajaba a menudo en su propio yate.
Después desembarcaban en la orilla y disfrutaban de unas vacaciones activas. Nicolás II, por ejemplo, era muy aficionado al tenis: toda la familia jugaba con los oficiales del yate.
El Emperador Nicolás II con su hija la gran duquesa Tatiana Nikoláievna y oficiales del yate Standart con raquetas después de un partido de tenis durante unas vacaciones en los escollos de Finlandia.
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