Entre los bosques y lagos de Carelia, lejos de carreteras ruidosas, se encuentra el balneario Aguas Marciales. Aquí hay fuentes, baños de barro, una larga escalera balnearia y callejuelas para pasear. Este balneario apareció aquí en 1719 gracias al emperador Pedro I.
Tras visitar algunos balnearios europeos, el emperador decidió crearlos también en Rusia. Emitió un decreto para buscar aguas minerales en el país “a la europea”, y las encontraron en Carelia, cerca de un yacimiento de mineral de hierro.
Los manantiales minerales, según los análisis químicos, contenían grandes cantidades de hierro. Este lugar recibió el nombre de Aguas Marciales en honor al dios Marte de la mitología romana, patrón del hierro y la guerra.
Pedro el Grande visitó el balneario 4 veces y pasó aquí más de 90 días en total. Otros miembros de la realeza y sus allegados también visitaron este lugar.
Sin embargo, ya a mediados del siglo XIX el interés de los zares por el balneario disminuyó. En aquella época, ya se habían construido balnearios en el sur del país, donde no sólo había manantiales, sino también un clima suave.
El balneario no fue restaurado hasta 1964. Aquí se inauguró el sanatorio balneológico de toda la Unión Soviética Aguas Marciales, basado en los manantiales y lodos curativos de Gábozero. En 2003 se construyó en las inmediaciones el segundo sanatorio Dvortsí.
Aquí se tratan la anemia ferropénica, las enfermedades de los órganos digestivos y las enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Los programas de tratamiento tienen una duración de dos a tres semanas, pero la gente también viene aquí simplemente para descansar de la ciudad.
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