El príncipe Alexánder Nevski es representado por los artistas con polainas y un casco con visera y protector en la nariz. Es imposible equivocarse: con este casco se representa a Nevski en el cuadro de Pavel Korin, en el mosaico de la estación de metro “Komsomólskaya”.
El casco está representado en el escudo de armas del Gran Escudo del Imperio Ruso, en los escudos de armas de los zarevich y de los grandes duques, en la Orden de Alexánder Nevski. Pero hay un matiz: el casco fue fabricado en el siglo XVII y no pudo pertenecer al Gran Duque y comandante que vivió en el siglo XIII.
El gorro Yerijónskaya (así se llamaba el casco por su forma cónica) fue realizado por el maestro Nikita Davidov y decorado con adornos vegetales, piedras preciosas, perlas y una imagen en relieve del Arcángel Miguel. Para su trabajo recibió cortes de tafetán veneciano y tela inglesa, y su obra maestra a finales del siglo XVII se valoró en la inaudita cantidad de 1175 rublos.
En general, no era un casco en sí, sino un pesado lujo: no es de extrañar que circulasen muchas leyendas, la principal de las cuales afirma que perteneció a Alexánder Nevski. La leyenda resultó ser tan buena que ha sobrevivido hasta nuestros días. Aunque en realidad el gorro Yerijón perteneció al zar Mijaíl Fiódorovich, el primero de los Romanov.
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