Rodeados por los rusos liderados por Alexánder Nevski, los caballeros de la Orden de Livonia (una rama autónoma de la Orden Teutónica), ataviados con una pesada armadura de metal, rompen el hielo del lago con su peso y se ahogan. Esa es la historia tradicional de la batalla en el Hielo de 1242 y así es como se muestra, por ejemplo, en la clásica película de Serguéi Eisenstein de 1938, Alexánder Nevski.
La película era una pieza de propaganda y esta escena marcó la percepción de Alexánder Nevski durante años. Era 1938, la guerra con Alemania estaba cerca. En la película de Eisenstein, realizada bajo la supervisión del Politburó, el principal órgano del PCUS, los caballeros de la orden teutónica simbolizaban a los alemanes, y la postura de Alexánder Nevski era innegablemente patriótica.
“Vayan y digan a todos en tierras extranjeras que Rusia está viva. Que vengan a visitarnos sin miedo. Pero si alguien viene a nosotros con una espada, morirá por la espada. La tierra rusa se mantiene y se mantendrá en pie” dice Nevski en la película. Pero nunca dijo nada parecido en la realidad. Todavía no existía un estado ruso en los años 1230-1240, cuando tuvo lugar la Batalla del Hielo. Alexánder luchaba en realidad del lado de la República de Nóvgorod.
La batalla en el hielo
La batalla en el hielo. Un fotograma de "Alexánder Nevski", Serguéi Eisenstein
Serguéi Eisenstein, Dmitri Vasilyev/Mosfilm, 1938A finales de la década de 1230, las tierras rusas fueron asoladas por la invasión mongol-tártara. Los suecos y los caballeros de las Órdenes Livoniana y Teutónica quisieron aprovechar este periodo de debilitamiento para atacar las tierras rusas. En 1240, los caballeros de la Orden de Livonia asediaron y tomaron Izborsk y Pskov. Pero los habitantes de la cercana república de Nóvgorod, temerosos de que los livonios les atacaran también, convocaron a un poderoso príncipe para que les protegiera: Alexánder Yaroslávich (1221-1263), que más tarde sería conocido como Alexánder Nevski.
En 1240, Alexánder y sus guerreros se encontraron por primera vez con varios barcos militares suecos en la desembocadura del río Nevá. Convocando fuerzas de los ciudadanos de Nóvgorod y Ladoga, Alexánder derrotó a los suecos en la llamada batalla del Nevá (julio de 1240). Más tarde, a partir del siglo XV, Alexánder pasó a ser conocido en las crónicas como “Nevski” debido a esa batalla.
En 1241, Alexánder llegó a la región de Nóvgorod y, con su banda de guerreros, obligó a los caballeros livonios a abandonar la región. En 1242, recuperó Pskov, matando a unos 70 caballeros enemigos en el proceso. En abril de 1242, Alexánder, al frente de los ejércitos de las comunidades de Nóvgorod y Vladímir, se encontró con los caballeros livonios cerca del lago Peipus (en ruso, lago Chudskoye), en la frontera entre la Rusia contemporánea y Estonia.
El lago Peipus (en ruso, lago Chudskoye), donde tuvo lugar la Batalla en el Hielo
Laima Gūtmane (CC BY-SA 3.0)Según los historiadores contemporáneos, había unos 40 caballeros, apoyados por unos 150 soldados de a pie, en el bando liviano, y unos 800 guerreros en el bando de Alexánder.
Según la leyenda, Alexánder y sus guerreros lucharon contra los caballeros sobre la superficie helada del lago, el hielo se rompió y decenas de caballeros se ahogaron. Sin embargo, la Crónica Rimada de Livonia afirma que “las espadas sonaban, los cascos eran cortados, mientras los muertos caían sobre la hierba de ambos lados”, lo que sugiere que la batalla ocurrió en tierra firme. La crónica rusa afirma que los rusos dominaron a los livonios y los persiguieron durante casi 7,5 km por el lago helado, hasta la orilla opuesta. Es probable que durante la persecución algunos de los caballeros se ahogaran, pero no hay registros escritos que lo demuestren.
Las fuentes rusas dicen que la batalla dejó 400 muertos livonios. Sin embargo, la crónica livoniana dice que 20 caballeros murieron y 6 fueron capturados por los rusos. Sin embargo, las fuentes son bastante escasas. Sólo sabemos que Alexánder ganó la batalla, cumpliendo así su promesa de proteger la república de Nóvgorod de las órdenes teutónicas y livonias.
¿Colaboración con los mongoles-tártaros?
"Alexánder Nevski", Pavel Korin
Galería TretyakovDespués de la batalla, la orden de Livonia se encontraba en su punto más bajo. Alexánder continuó la campaña contra los príncipes lituanos. Al mismo tiempo, en 1246, su padre, el príncipe Yaroslav de Vladímir, fue llamado por Batú Jan, un nieto de Gengis Jan, a Karakorum, la capital del imperio mongol en aquel momento, y envenenado allí.
Alexánder y su hermano Andréi, según el testamento de su padre, heredaron las “tierras rusas”: Andréi se convirtió en príncipe de Vladímir, y Alexánder en príncipe de Kiev y Nóvgorod. Sin embargo, Kiev, la capital de la Rus de Kiev, fue incendiada durante la invasión mongola y perdió su importancia. Alexánder se quedó en Nóvgorod.
Alexánder Nevski. Miniatura del Tsarskiy titulyarnik (Libro de Títulos del Zar).
Colectivo de artistas de la Armería del KremlinEn 1251, el príncipe Andréi huyó de Rusia a causa de un grave conflicto con los mongoles-tártaros, y Alexánder se convirtió en el Gran Príncipe de Vladímir, de hecho, el príncipe más poderoso de las tierras rusas de la época. Como tal, tuvo que comunicarse y colaborar con los mongoles-tártaros para proteger a su pueblo de las campañas de castigo. Por ejemplo, en 1259 obligó al pueblo de Nóvgorod a empezar a pagar tributos a los reyes mongoles.
En 1263, Alexánder regresaba de un viaje a la Horda de Oro, donde había intentado convencer a Berke Jan (hermano y sucesor de Batú Jan) de que no reclutara rusos en su ejército. En el camino de vuelta, Alexánder cayó enfermo y murió. Sin embargo, la parte más interesante de su historia tiene lugar después de su muerte.
Alexánder Nevski, la leyenda: de Iván el Terrible a Pedro el Grande
Alexánder Nevski en un trono. Miniatura del Tsarskiy titulyarnik (Libro de Títulos del Zar).
Biblioteca Nacional RusaEn el testamento de Alexánder hubo un detalle importante: dotó a su hijo menor, Danil (1261-1303), del ducado de Moscovia. Danil se convirtió en el fundador de la dinastía moscovita.
En 1547, Iván el Terrible se convirtió en el primer zar del zar de Moscú. Ese mismo año, la Iglesia Ortodoxa Rusa nombró santo a Alexánder Nevski. Esto se hizo a instancias de Macario, Metropolitano de Moscú. Al glorificar a Alexánder (así como a muchos otros príncipes rusos y hombres santos del pasado) como santo en Moscú, Macario estaba creando una base religiosa ideológica para el nuevo estado.
También fue importante que en la década de 1540, Moscú continuara su guerra con la confederación de Livonia. La imagen de Alexánder Nevski como el primer príncipe ruso que derrotó a la orden livoniana, también contribuyó a esos objetivos ideológicos.
La hazaña de Alexánder volvió a salir a relucir a principios del siglo XVIII, cuando Pedro el Grande derrotó a Suecia en la Gran Guerra del Norte. En 1710, cuando la guerra aún estaba en pleno apogeo, Pedro ordenó la construcción del Monasterio de San Alexánder Nevski (posteriormente, Alexánder Nevski Lavra) en San Petersburgo. Pedro lo construyó en el lugar donde creía que había tenido lugar la batalla del Nevá en 1240 (en realidad tuvo lugar a 12 millas/19 km del emplazamiento de la Alexánder Nevski Lavra).
Alexánder Nevski prestando un juramento monástico poco antes de su muerte. Un dibujo de Vasili Vereschagin, 1896.
Dominio públicoDos años después de la celebración de la victoria sobre los suecos, en 1723, Pedro ordenó el traslado de las reliquias de Alexánder desde Vladímir a San Petersburgo, para conservarlas, como símbolo de la victoria de Rusia sobre Suecia, en el Monasterio de Alexánder Nevski.
Alexánder se convirtió en el patrón de San Petersburgo, y Pedro hizo deliberadamente su fiesta el 30 de agosto (estilo antiguo), día en que se firmó el Tratado de Nystad en 1721, que puso fin a la Gran Guerra del Norte. También es importante que el propio Alexánder se hiciera monje en su lecho de muerte, como hacían tradicionalmente muchos príncipes rusos. Sin embargo, después de que Pedro el Grande trasladara las reliquias de Nevski a San Petersburgo, ordenó a la Iglesia Ortodoxa Rusa que recordara y glorificara a Alexánder como líder militar, no como monje. Desde entonces, Alexánder Nevski es considerado el patrón celestial del ejército ruso.
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