Los personajes de los libros infantiles soviéticos hacían algo más que viajar a países imaginarios y volar al espacio. Los héroes de la novela corta ‘Timur y su escuadrón’ (“ni una banda ni un grupo de bandidos, sino un alegre escuadrón de jóvenes y finos pioneros”) fueron emulados por millones de adolescentes soviéticos.
La historia de un grupo de jóvenes que ayudan en secreto a las familias de los soldados del Ejército Rojo, a los ancianos y a cualquiera que necesite su apoyo fue ideada por Arkadi Gaidar. El ejemplo de los héroes del libro (el joven pionero Timur Garayev y sus amigos) resultó tan inspirador que, pocos meses después de la publicación de la historia, apareció en Klin, en la región de Moscú, el primer escuadrón de “timuritas” (en ruso: Timurovtsi).
En toda la Unión Soviética empezaron a organizarse escuadrones de jóvenes voluntarios. Recogían leña y cosechaban, recolectaban papel usado y chatarra para reciclar y patrocinaban orfanatos y familias de militares. Durante la Gran Guerra Patria, los timuritas se unieron a los partisanos y ayudaron a los heridos en los hospitales escribiéndoles cartas a casa. En 1945, al menos tres millones de miembros se habían unido al movimiento en la URSS. Jóvenes de otros países, como Bulgaria, la RDA, Polonia, Hungría y Checoslovaquia, siguieron el ejemplo de los timuritas.
El libro de Gaidar vendió más de 14 millones de ejemplares y se tradujo a 75 idiomas. En ruso, la palabra “timurita” describe a una persona desinteresada dispuesta a ayudar a quien lo necesite.
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