El municipio de Sandieba del distrito de Olonets, en la Carelia rusa, cuenta con un memorial a los caídos en la guerra de la URSS contra la invasión nazi, y en una tumba colectiva yacen los restos de algunos españoles.
En los bosques de la zona, casi intransitables e invadidos por mosquitos e insectos en esta época del año, aún se pueden ver las huellas de las trincheras y las pertenencias (trozos de ropa, calzado y equipo) de aquellos que combatieron y murieron aquí.
En agosto de 2016, los restos, un medallón de la muerte y una nota a nombre del voluntario español Martín Peña fueron encontrados en las inmediaciones de la aldea de Siandeba.
Encontramos en el periódico Noticias de Gipuzkoa que, en el fragor de los combates en la zona, el basauritarra de 18 años Martín Peña Ontoria de 18 años y 1,80 metros de estatura perdió la vida, según transmisión oral, bajo un tanque alemán y por una altruista causa.
“Estando herido quedó oculto en el suelo con una granada de mano que estalló cuando vio avanzar un tanque de los nazis situándose bajo el mismo. Fue una muerte heroica la de este joven vasco que nunca pudo regresar a su tierra”.
Cabe recordar que, a consecuencia de la guerra civil española, un total de 2895 niños entre cinco y 15 años habían llegado a la URSS. En la actualidad, en Rusia aún quedan varias decenas de ellos.
La mayoría de los niños traídos fueron internados en orfanatos, cuyas actividades eran supervisadas por un “Departamento de Hogares Infantiles para Fines Especiales” creado especialmente y dependiente del Comisariado Popular de Educación de la URSS. En Rusia, los orfanatos se concentraban principalmente cerca de Moscú y Leningrado.
Durante la Gran Guerra Patria muchos niños fueron al frente como voluntarios. Así, en el frente de Carelia había 78 españoles, que sólo tenían 16-17 años. Eran chicos muy jóvenes que decidieron luchar contra el fascismo, dando su vida. De los 78 hombres, solo unos pocos regresaron de la guerra.
El monumento citado, según Rk.karelia, que fue inaugurado en verano del 2018, consiste en dos lápidas de mármol negro sobre las que están grabados en español y ruso los nombres de 23 españoles que murieron en el frente de Carelia en 1941. Todos ellos tenían entonces entre 16 y 18 años.
Se calcula que entre 74 y 78 españoles murieron en el frente de Carelia y ya se ha logrado reunir los nombres de 62.
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