En la estación Partizanskaya del metro de Moscú hay un monumento a un campesino barbudo con un bastón anudado. El partisano Matvéi Kuzmín fue el “Héroe de la Unión Soviética” de más edad (por fecha de nacimiento), título que recibió a título póstumo.
Matvéi Kuzmich Kuzmín procedía del pueblo de Kurákino (distrito de Velikie Luki, región de Pskov) y conoció la Gran Guerra Patria cuando ya tenía más de 80 años. A esa edad todavía era soltero, aunque tenía 10 hijos de dos esposas. No ingresó en un “koljoz” sino que vivía de la pesca y la caza y conocía muy bien los bosques de los alrededores. Además, era conocido en el pueblo por su carácter huraño.
Cuando su pueblo natal fue capturado por los alemanes en agosto de 1941, Matvéi Kuzmich se quedó; el anciano no tenía fuerzas para ser evacuado a otro lugar. En febrero de 1942, el comandante del batallón alemán ocupante ofreció a Kuzmín, de 83 años, un trato. A cambio de un poco de harina, queroseno y un rifle de caza, Kuzmín tendría que guiar a los alemanes hasta las posiciones del ejército soviético cerca del pueblo de Pershino. Como declaró uno de los testigos presenciales de la hazaña al periódico Velikolukskaya Pravda en 1965, el equipo alemán de unos 35 hombres era “la avanzadilla del batallón de esquí, que tenía la misión de eliminar nuestra escolta de combate y realizar un ataque por sorpresa”.
Kuzmín aceptó, pero tuvo tiempo de avisar a su nieto de 14 años. En la noche del 13 de febrero de 1942, Matvéi Kuzmín se fue con los alemanes. Mientras dirigía el destacamento a través de los bosques, su nieto Vasili alcanzó la ubicación de las tropas soviéticas y advirtió de la amenaza.
Cuando Matvéi Kuzmín sacó a los alemanes del bosque a las 7 de la mañana, inmediatamente fueron atacados por soldados soviéticos. Se afirma que Matvéi Kuzmich fue asesinado en el acto por el comandante del destacamento alemán, pero, en cualquier caso, ninguno de los alemanes quedó con vida. Velikolukskaya Pravda afirmó que murieron 250 personas, pero el archivo del Ministerio de Defensa indica que el destacamento estaba formado por sólo 22 miembros de las fuerzas de inteligencia alemanas, todos ellos muertos por disparos de ametralladoras soviéticas.
El escritor Borís Polevói asistió por casualidad al funeral de Matvéi Kuzmín y, el 26 de febrero, el principal periódico soviético Pravda publicó un artículo titulado La hazaña de Matvéi Kuzmín, por el que toda la URSS se enteró de la existencia del “nuevo Susanin”.
La memoria de Matvéi Kuzmich fue inmortalizada muchas veces. En 1944, se erigió un monumento en la estación Partizanskaya del metro de Moscú (entonces “Parque Izmáilovski de Cultura y Recreación que lleva el nombre de Stalin”), cuyo escultor era un gran tocayo de Kuzmín: Matvéi Manizer, el artista detrás de las esculturas de la estación de metro Ploshchad Revoliutsi. En 1953, los restos de Matvéi Kuzmich volvieron a ser enterrados solemnemente en el cementerio del pueblo de Velikie Luki. El 8 de mayo de 1965, en el vigésimo aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi, Matvéi Kuzmín recibió a título póstumo el título de “Héroe de la URSS”.
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