Esta curiosa arma fue adoptada por el Ejército Rojo el 3 de septiembre de 1941, bajo el nombre de registro "BM-37". La idea era que el mango de una pala de zapador ordinaria pudiera ser al mismo tiempo el cañón de un mortero ligero de 37 mm, mientras que su bayoneta serviría de placa base al disparar el mortero.
Se suponía que, con el BM-37, los soldados podrían enfrentarse al enemigo a una distancia de varios cientos de metros, atrincherarse y defenderse de las balas y la metralla. El mortero de pala también podía utilizarse en combate cuerpo a cuerpo.
En realidad, no resultó ser tan sencillo. El BM-37, de 1,5 kg, era mucho más largo y pesado que una pala de zapador normal y corriente y, en consecuencia, extremadamente incómodo de utilizar.
Como mortero, el BM-37 también distaba mucho de ser ideal. El efecto de metralla de las minas era débil y, debido al corto alcance del fuego, el enemigo respondía fácilmente a a los soldados del Ejército Rojo con fuego de respuesta de ametralladoras.
Debido a la falta de dispositivos de puntería, el mortero de pala carecía de precisión y su placa de bayoneta se deformaba por el uso frecuente. Como resultado, el BM-37 fue retirado del servicio ya en febrero de 1942.
El Ejército soviético intentó revivir la idea del mortero de pala a finales de la década de 1970, cuando se desarrolló el lanzagranadas de pala "Variant". Sin embargo, este proyecto tampoco se desarrolló ampliamente.
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