La primera estación de servicio, como se decía en los periódicos soviéticos, se puso en marcha con la ayuda de especialistas japoneses. Las estaciones de servicio con una manguera con gasolina que bajaba desde arriba eran muy populares en el País del Sol Naciente.
La principal comodidad de la gasolinera era que uno podía acercarse a cualquier surtidor y alimentar la manguera desde cualquier lado del coche. Sin embargo, los que tenían la oportunidad de hacerlo se quejaban de que la gasolina goteaba de la manguera de llenado levantada justo detrás del cuello de los conductores.
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