Para Román Gostev, un diseñador gráfico de 37 años de la ciudad de Nizhnevartovsk, en Siberia, la fotografía no es más que un pasatiempo, y sin embargo ha conseguido reunir una colección única de instantáneas que muestran el auténtico interior de Rusia y sus habitantes.
Gostev nunca pensó en sí mismo como fotógrafo hasta que su trabajo le exigió empezar a usar su cámara.
“Trabajo como diseñador gráfico. Tenía que salir a fotografiar objetos para diseñar publicidad exterior. Al principio, el entorno era algo que no merecía atención. No me importaba. Caminaba [por ahí] y no me fijaba en nada. Pero, en algún momento, algunas cosas empezaron a llamarme la atención. Empecé a intentar fotografiarlas”.
Gostev dice que no persigue ninguna idea artística concreta. Todas sus fotos son fruto de la pura improvisación.
“Fotografío el entorno urbano, algo accesible para el ciudadano medio. Todavía no he decidido qué es lo que busco. Simplemente me he impuesto la norma de llevarme la cámara al trabajo todos los días. Confío en el azar”, dice.
La mayoría de las fotos de Gostev proceden de Nizhnevartovsk, donde vive y trabaja, pero el fotógrafo también lleva su cámara a otros lugares.
“El año pasado, un colega mío se fue al Lejano Oriente a por un coche. Me fui con él. Si son vacaciones, siempre me llevo la cámara. Allí encontré lugares [y personas] muy curiosos”.
Por el camino, algunos lugares y personas llamaron la atención del fotógrafo. Un vendedor fumando encima de un cubo vacío en una remota gasolinera o habitantes del campo, descansando en un banco vestidos con ropas desgastadas, son temas habituales en la fotografía de Gostev. Sin embargo, el autor advierte que no hay que hacer generalizaciones sobre la gente que vive en la Rusia de provincias.
“Ya no se encuentra mucha gente así en Nizhnevartovsk, todo el mundo parece un moderno habitante de la ciudad. Pero todavía existen en alguna parte, la gente de nuestra provincia puede ser así. Destacan del entorno general que estoy acostumbrado a ver a diario. El ojo se siente inmediatamente atraído por ellos y tengo que hacer una foto. Todo sucede rápidamente. No puedo decir que fotografíe a la típica gente de provincia”, dice.
A un extranjero que quiera visitar su región o cualquier otro lugar remoto de Rusia, el consejo de Gostev sería estar preparado para la curiosidad de los lugareños, aunque, en la mayoría de los casos, benévola.
“Además, hay que abrigarse bien”, dice el fotógrafo, medio en broma.
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