Planes de la era soviética para reconstruir la Plaza Roja

Historia
EKATERINA SINÉLSCHIKOVA
En tres ocasiones, las autoridades soviéticas tuvieron serios planes para transformar la Plaza Roja y estuvieron a punto de llevarlos a cabo.

La plaza más conocida de Rusia tuvo muchas oportunidades de desarrollar un aspecto -a veces radicalmente nuevo-. Ahora está claro que fue sólo una combinación accidental de circunstancias lo que impidió que la Plaza Roja se convirtiera en una gigantesca necrópolis en medio de un campo o en el recinto de un enorme monumento conmemorativo.

Ministerio de Ministerios

El primer plan de reconstrucción de Moscú, incluida la Plaza Roja, fue propuesto por los bolcheviques inmediatamente después de que el gobierno soviético se trasladara allí desde Petrogrado (actual San Petersburgo) en 1918. Incluso empezaron a reconstruir algunos edificios antiguos y a levantar otros nuevos, pero las obras no empezaron realmente hasta la década de 1930, con la adopción del Plan General de Moscú.

Destacados arquitectos presentaron sus propuestas sobre el aspecto que debía tener Moscú como capital del "socialismo victorioso". Los más radicales llegaron a plantear prácticamente la creación de una ciudad completamente nueva en el emplazamiento de la antigua. Al final se optó por un proyecto más moderado, aunque de gran envergadura, y en 1935 se aprobó el plan.

Moscú debía tener más avenidas que París, Londres o Berlín; un centro administrativo mayor que el de Washington DC; y el rascacielos más alto del mundo. Según ese plan, el centro histórico debía demolerse para liberar espacio para edificios monumentales de importancia nacional, y la Plaza Roja debía ampliarse al doble de su tamaño actual.

En una nota del Plan General se leía: "Moscú no necesita los grandes almacenes GUM. La Plaza Roja, sobre la que se alza el Mausoleo de Lenin, es demasiado estrecha. Debería ampliarse a expensas de GUM".

La lista de “víctimas” de ese proyecto habría incluido no sólo los famosos grandes almacenes GUM, que llevaban en pie desde el siglo XIX, sino también todos los edificios cercanos, incluida la Puerta de la Resurrección. La plaza pasaría a llamarse Avenida del Mausoleo y consistiría en un espacio vacío dominado por la Casa de Narkomtiazhprom, el edificio que albergaba el Comisariado del Pueblo para la Industria Pesada de la URSS. Bajo Stalin, era uno de los departamentos más influyentes, por lo que el futuro proyecto fue bautizado como "el Ministerio de los Ministerios". Y su tamaño no debería haber dejado a nadie ninguna duda de su importancia.

Sin embargo, al final el gigantesco rascacielos se quedó sólo sobre el papel. La muerte en 1937 de Sergo Ordzhonikidze, jefe del Comisariado del Pueblo para la Industria Pesada y estrecho aliado de Stalin, impidió su construcción. Según la teoría oficial, murió de un ataque al corazón, mientras que su esposa y algunos contemporáneos creían que se había suicidado.

De un modo u otro, tras la muerte de Ordzhonikidze, el Comisariado del Pueblo para la Industria Pesada empezó a perder su influencia y más tarde se dividió en varios ministerios independientes.

Monumento principal

El segundo plan de remodelación de la Plaza Roja surgió diez años después, en 1947. Las circunstancias habían cambiado y el gobierno soviético ya no pensaba en gigantescos edificios ministeriales. La Unión Soviética había derrotado a la Alemania nazi, lo que cambió todos los planes. A partir de ahora, la arquitectura monumental debía servir para celebrar una cosa: la Victoria.

Como lugar más destacado, la Plaza Roja volvió a ser objeto de ambiciosos planes de cambio y, una vez más, resultó ser demasiado pequeña. En esta ocasión, el plan consistía en demoler GUM, todos los edificios bajos cercanos y el Museo Histórico. En su lugar, se erigiría un Monumento a la Victoria en la plaza, con gradas a su alrededor, y se construiría un Arco de la Victoria en el emplazamiento del Museo Histórico.

Así se describía en el plan "Con el fin de crear una gran entrada a la Plaza Roja a lo largo del eje de movimiento de las columnas de la manifestación, nuestro proyecto propone sustituir el edificio del Museo Histórico, cuya voluminosa forma domina el entorno y dificulta el movimiento, por un Arco Triunfal de la Victoria, bajo el cual los vencedores marcharán hacia la plaza en las fiestas soviéticas".

En otras palabras, se suponía que la plaza se convertiría en un escenario perfecto para impresionantes desfiles en días festivos, y nada más.

Estos planes se vieron truncados una vez más por una muerte, esta vez, la de Stalin en 1953.

Necrópolis

Durante siete años, los cuerpos de dos líderes comunistas -Lenin y Stalin- yacieron uno junto al otro en un mausoleo muy pequeño. Aunque ya al día siguiente de la muerte de Stalin, el partido emitió un decreto ordenando la construcción de un Panteón en Moscú.

Similar al "Templo de todos los dioses" de Roma, el Panteón debía convertirse en una necrópolis para Stalin, Lenin y todas aquellas "grandes personas del país soviético" que estaban enterradas en el muro del Kremlin.

Para dar cabida a la necrópolis, un área de 500.000 metros cuadrados (¡más que el tamaño del Vaticano!) el centro histórico debía ser despejado de todos los edificios. El Panteón propiamente dicho debía situarse junto al Kremlin, en la ampliada Plaza Roja, pero había un inconveniente: la tribuna gubernamental del Panteón habría estado enfrente del mausoleo existente, por lo que durante los desfiles las columnas de tropas tendrían que marchar con la mirada hacia la derecha, lo que iba en contra del orden establecido. Así que, al final, la plaza se dejó intacta.

También se abandonó la opción de construir la necrópolis en otro lugar. Nikita Jrushchov declaró la guerra al culto a la personalidad de Stalin y a sus "excesos arquitectónicos" y puso fin a este proyecto.

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