El día del 25 aniversario de la Revolución Bolchevique, en 1942, empezaron a llegar a la Plaza Roja invitados de alto nivel para celebrarlo. Allí, en un pedestal cercano a la catedral de San Basilio, también conocida como la Plaza de los Zares, se encontraba un misterioso centinela. El hombre armado y vestido con uniforme militar desató las sospechas de la policía soviética que patrullaba la Plaza Roja, pero fue capaz de confundirlos dando respuestas firmes sobre por qué estaba allí.
Justo cuando el dispositivo de seguridad de los alrededores de la Plaza Roja perdió interés en el hombre, éste levantó su fusil y disparó contra uno de los vehículos de una comitiva de coches gubernamentales. Se produjo un tiroteo y el hombre resultó finalmente aturdido por la explosión de una granada y detenido.
Se propusieron varias teorías sobre por qué el cabo Saveli Dimitriev abandonó su puesto, se dirigió en secreto a la Plaza Roja y abrió fuego contra un coche gubernamental. Algunos sospechaban que se trataba de un complot de espionaje nazi o de una conspiración contrarrevolucionaria. Dado que Iósif Stalin podría haber sido uno de los objetivos del tirador, los investigadores gozaron de buenas motivaciones para resolver el caso. Pero Dimitriev no ofreció mucha información sobre sus motivos.
Finalmente, la investigación descartó los complots clandestinos y llegó a una conclusión sencilla: se trataba de un ataque de lobo solitario. El cabo Saveli Dimitriev fue condenado a muerte y ejecutado. Sin embargo, el caso clasificado conservaba algunos puntos clave en blanco que lo hacen parecer sospechoso incluso hoy en día.
Síguenos en nuestro canal de Telegram: https://t.me/russiabeyondes
LEE MÁS: Cuatro intentos de asesinato contra Stalin que fallaron miserablemente