Seis veces permaneció vivo e ileso el emperador Alejandro tras atentados contra su vida. Los terroristas vieron sus planes frustrados por un absurdo accidente o por súbditos leales que defendieron al zar. Pero en el séptimo y último intento el zar salió literalmente en pie, a pesar de las protestas de su guardia.
Karakózov disparando a Alejandro II. Una postal soviética
Dominio públicoUn buen día, el emperador paseaba por el jardín de verano. Al salir de las puertas para subir a su carruaje, sonó un disparo entre la multitud de curiosos que rodeaban al Emperador.
Dmitri Karakózov, de 26 años, escribió en su proclama (encontrada en su bolsillo): "Mi amado pueblo está pereciendo, y aquí he decidido destruir al villano zar". Ósip Komissárov, un maestro caricaturista de 28 años, golpeó la mano con una pistola y el disparo fue más alto.
El zar invitó a Ósip a una recepción en el Palacio de Invierno esa misma noche y lo elevó a la nobleza. Karakózov fue ahorcado en septiembre de 1866. Komissárov, debido a su fama y repentina riqueza, se suicidó posteriormente en un ataque de locura.
El zar Alejandro II de Rusia sobrevive a un intento de asesinato sentado junto al emperador francés Napoleón III en París en 1867.
Legion MediaEl emperador Alejandro y sus hijos Vladímir y Alexánder estaban de visita a Napoleón III en Francia.
El polaco Antón Berezovski disparó contra el emperador mientras éste viajaba en un carruaje descubierto, pero el arma le explotó en la mano, hiriendo únicamente al propio tirador.
El motivo era vengarse de Alejandro por haber reprimido el levantamiento polaco de 1863. Un tribunal francés condenó a Berezovski a trabajos forzados perpetuos.
Ataque al emperador Alejandro II Romanov por el revolucionario Alexánder Soloviov, 14 de abril de 1879, San Petersburgo, Rusia, grabado por Canedi de L'Illustrazione Italiana, nº 18, 4 de mayo de 1879.
Getty ImagesPor la mañana, el emperador paseaba cerca del Palacio de Invierno. En todo el recorrido había siete guardias, que permanecían junto a las casas a largos intervalos. A pesar de dos atentados contra su vida, el Emperador consideraba que los guardias personales eran un signo de cobardía. En el malecón de Moika, Alexánder Soloviov, un funcionario retirado de 32 años, noble y miembro del grupo revolucionario Tierra y Voluntad, abrió fuego contra el Emperador.
El primer disparo fue a 12 pasos, el zar empezó a correr calle abajo, Soloviov iba tras él e hizo dos disparos más a la carrera. La bala atravesó el abrigo del zar, el tercer disparo pasó de largo y el gendarme Koch alcanzó a Soloviov con golpe de sable en la espalda. Soloviov seguía corriendo e hizo otro disparo contra el zar. Fue rodeado por la multitud, hay un disparo y es atrapado. Mastica una ampolla de cianuro potásico, los médicos de palacio le bombean inmediatamente.
Soloviov admitió que "actuó por su cuenta". Fue ahorcado tres días después ante unas 70.000 personas.
Atentado contra el tren imperial cerca de Moscú: escena tras la explosión
Legion MediaEl tren con la familia real viajaban desde Crimea. El segundo tren transportaba un séquito y un "convoy" de alimentos y mercancías. Entre Járkov y Moscú los trenes cambiaron de secuencia, pero los terroristas de "Naródnaia Vólia" no lo sabían y en lugar del vagón de la familia real volaron el vagón de la fruta del tren con el séquito. No hubo heridos.
El emperador Alejandro II tras la explosión, la noche del 5 de febrero de 1880. De "Le Monde Illustré", 1880. Encontrado en la Colección de la Bibliothèque Nationale de France. Artista De Haenen, Frédéric (1853-1928)
Getty ImagesEn septiembre de 1879, incluso antes de la explosión del tren, Stepán Jalturin había conseguido trabajo como carpintero en el Palacio de Invierno utilizando documentos falsos. En febrero ya había introducido de contrabando 32 kilos de dinamita en su armario. La cantina, donde el zar iba a almorzar con el príncipe de Hesse, estaba situada un piso por encima del armario.
El príncipe llegó media hora tarde, pero Jalturin no estaba al corriente de ello. La explosión sorprendió al zar a muchas habitaciones de distancia del comedor. La explosión mató a 11 militares e hirió a otros 56.
Stepán Jalturin escapó sin ser reconocido. Fue ahorcado en Odessa en 1882 por participar en el asesinato de un fiscal.
Este atentado contra su vida fue preparado por el comité ejecutivo de "Naródnaya Vólia" encabezado por Andréi Zheliábov. Dos días antes de la fecha señalada, fue capturado y el intento de asesinato fue dirigido por Sofía Peróvskaya, hija del antiguo gobernador de San Petersburgo.
La tarde del 13 de marzo, el zar se dirigía al palacio Mijáilovski. En el camino del carruaje, en el malecón del Canal de Catalina, se cruzó casualmente uno de los artificieros, Nikolái Rysakov. Lanzó una bomba bajo las patas de los caballos: el carruaje explotó, pero el zar resultó ileso. Rysakov se apresuró a huir, pero fue derribado y capturado.
Tras la muerte del zar, muchos creyeron que fue Rysakov quien lo mató, ya que no se identificó al verdadero asesino. Temiendo ser ejecutado, el joven de 19 años delató a sus cómplices, entre ellos Sofía Peróvskaya y toda la "Naródnaia Vólia" en general. De todos modos, fue ahorcado, junto con sus cómplices, el 3 de abril de 1881. En el cadalso, Peróvskaya, Zheliábov y otros se negaron a despedirse de Rysakov, llamándole traidor.
El asesinato de Alejandro II de Rusia 1881
Dominio públicoEl zar bajó del carruaje, se acercó al capturado Risakov y caminó hacia los cosacos heridos del convoy. El cochero y los guardias persuadieron al zar para que se marchara cuanto antes, pero Alejandro "sintió que... la dignidad exigía ver a los heridos... y decirles unas palabras".
En ese momento, Ignatius Grinevitski, un polaco de 24 años miembro de “Naródnaia Vólia”, lanzó otra bomba bajo los pies del Emperador, que explotó instantáneamente.
Las piernas del zar quedaron aplastadas y fue trasladado al Palacio de Invierno, donde murió media hora después por pérdida de sangre. Grinevitski también sufrió heridas compatibles con la vida y murió en el hospital esa misma noche. Cuando le preguntaron por su verdadero apellido, respondió "no lo sé" antes de morir, y como asesino del Emperador no fue identificado. En el texto de la sentencia del "caso Pervomartov" aparece como "el hombre que murió el 1 de marzo, viviendo bajo el nombre falso de Yélnikov". Su verdadero papel en el asesinato no quedó claro hasta muchos años después.
Al despertarse tras la explosión, el Emperador susurró: "Llevadme a palacio... allí moriré". Con esta orden se arruinó a sí mismo. Como recuerda el historiador Ígor Zimín, en la orilla opuesta del canal estaba el hospital de la corte, donde en aquel momento había una "máquina de transfusión de sangre" y cirujanos cualificados de guardia. El doctor Dvorioshin, uno de los médicos de palacio, envió a buscar este proyectil al hospital, de hecho al lugar de la explosión, en cuanto el zar fue llevado a palacio. Sin embargo, como lo llevaban sin aplicarle un torniquete Esmarh en las piernas destrozadas, la pérdida de sangre era ya demasiado grande. A pesar de media hora de medidas de reanimación, el Emperador murió.
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