El 2 de mayo de 1945, las tropas soviéticas completaron la operación de toma de la capital de Alemania. El otrora poderoso Tercer Reich estaba a un paso de desaparecer por completo del mapa de Europa y resulta aún más sorprendente que parte de la URSS siguiera entonces bajo control nazi.
Letonia occidental (Curlandia) seguía ocupada: en octubre de 1944, las tropas del Grupo de Ejércitos "Norte" quedaron aisladas de las fuerzas principales. Los alemanes convirtieron la región en una fortaleza inexpugnable, abasteciendo eficazmente al grupo asediado por mar y reprimiendo con éxito los repetidos intentos del Ejército Rojo de destruirla.
Sólo tras la firma del acta de rendición de Alemania, el 8 de mayo de 1945, el enemigo dejó de resistir. Cuarenta y dos generales y 189 mil soldados y oficiales de las tropas de la Wehrmacht y las SS se rindieron al ejército soviético.
Antes de la llegada del Ejército Rojo, varios miles de alemanes lograron huir volviendo a su patria o escaparon en transportes improvisados a Suecia.
Muchos de los colaboradores letones que se encontraron en la "caldera" se internaron en los bosques para librar una guerra de guerrillas contra los soviéticos. Algunos de estos llamados "hermanos del bosque" operaron en el Báltico hasta principios de la década de 1950.
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