La publicidad en Rusia apareció por primera vez en forma de "lubok", un impreso popular caracterizado por sus gráficos sencillos y su narrativa. Además de historias religiosas y cuentos populares, que constituían una gran parte de estos grabados, también se utilizaban con fines publicitarios. Por ejemplo, algunos grabados anunciaban tabaco, calzado y otros productos.
Algunos comerciantes contrataban a vendedores ambulantes que les solicitaban clientes potenciales de forma directa. Se pagaba a estas personas para que alabasen un determinado producto y aumentasen así las ventas.
Esta forma primitiva de publicidad allanó el camino para un enfoque más elaborado del marketing en la Rusia zarista. A principios del siglo XIX, los carteles, pancartas y letreros publicitarios empezaron a ganar popularidad en Rusia. A partir de entonces, los anuncios se desarrollaron notablemente.
La publicidad se desarrolló tan rápidamente que, muy pronto, las calles de Moscú y San Petersburgo estuvieron plagadas de carteles publicitarios.
Las revistas y los periódicos también publicaban anuncios. En ellos se vendían desde cosméticos médicos y decorativos para mujeres que deseaban disimular pecas o acné hasta pomadas para el peinado, elixires, fricciones, fijadores, aceites perfumados y diversas infusiones para el crecimiento del cabello y el bigote diseñadas para los hombres.
La industria publicitaria de la Rusia zarista siguió evolucionando. Los comerciantes empezaron a contratar a artistas famosos para que diseñaran y dibujaran elaborados carteles publicitarios.
Este cartel publicitario de cerveza fue diseñado por el artista ruso Iván Bilibin.
A veces se contrataba a artistas extranjeros. Este cartel para Unión Apricot e hijos, un famoso fabricante de dulces, fue diseñado por artistas alemanes y austriacos.
La publicidad de dulces y chocolates era muy popular en Rusia en el siglo XIX.
Un anuncio de Singer, fabricante estadounidense de máquinas de coser, era muy popular en Rusia. Aparecía en carteles junto a las carreteras, en las fachadas de las casas, en los escaparates de las tiendas y en periódicos y revistas.
Otra empresa estadounidense que hizo mucha publicidad en la Rusia zarista fue Kodak. Los anuncios de sus cámaras compactas aparecían regularmente en la prensa.
A finales del siglo XIX, muchas comunicaciones publicitarias utilizaban imágenes visualmente atractivas para transmitir una emoción determinada y no simplemente un mensaje sobre un producto.
Por ejemplo, este cartel utiliza la imagen de una niña que ofrece cariñosamente a su abuelo un paquete de, supuestamente, los mejores cigarrillos disponibles en ese momento.
Otro anuncio de un producto del tabaco afirmaba que sus cigarrillos sabían a nata.
En la Rusia zarista había bastantes anuncios de cigarrillos y tabaco.
Estos carteles muestran imágenes de mujeres para anunciar productos como perfumes, jabones y cerveza.
Cartel publicitario de alimentos enlatados.
Anuncio de lámparas de aceite fabricadas en Riga y vendidas en San Petersburgo.
Las botas de agua también se anunciaban con carteles muy elaborados.
Estos dos carteles anunciaban marcas de té y café.
También estaban muy extendidos los anuncios de bebidas alcohólicas como cervezas, coñacs y vinos.
Sin embargo, tras la Revolución rusa, los bolcheviques monopolizaron el derecho a anunciar productos en la recién creada Unión Soviética. Haga clic aquí para leer más sobre los anuncios en la URSS.
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