Las raíces rusas del rey Carlos III

Historia
ALEXANDRA GÚZEVA
La familia real británica está más conectada con los Romanov de lo que crees. Los dos padres del nuevo Rey del Reino Unido estaban emparentados con los zares rusos. Aquí te contamos cómo.

Todas las familias reales europeas están emparentadas y tienen una larga y complicada red de parentesco, especialmente los Windsor y los Romanov. Todo esto no hubiese sido así posible sin la reina Victoria, conocida como la “abuela de Europa”.

El bisabuelo materno del nuevo rey Carlos III, el rey británico Jorge V, era nieto de la reina Victoria. Y Nicolás II, el último zar de Rusia, estaba, al mismo tiempo, casado con otra nieta de Victoria, Alix de Hesse, o Alexandra Fiodórovna en la tradición rusa.

Al mismo tiempo, el rey Jorge V, era primo de Nicolás II. Sus madres, Alexandra de Dinamarca y María Fiodórovna (Dagmar de Dinamarca), eran hermanas. Y, de hecho, estos dos hombres de la realeza se parecían increíblemente. Tenían una relación bastante estrecha y, después de que los bolcheviques mataran a Nicolás II y a toda su familia, Jorge V escribió en su diario “Fue un asesinato repugnante. Yo sentía devoción por Nicky, que era el más amable de los hombres y un caballero cabal: amaba a su país y a su pueblo”.

¿Y qué hay de la línea paterna del rey Carlos III? También hay en ella fuertes raíces rusas. Su abuela paterna (la madre del príncipe Philipp) era la princesa Alicia de Battenberg, sobrina de la emperatriz rusa Alexandra Fiodórovna. Al mismo tiempo, Alicia era prima segunda de Nicolás II.

Por otra parte, el abuelo paterno de Carlos, el príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca, también era descendiente de los Romanov (¡e incluso sirvió en el ejército ruso!). El zar Nicolás I de Rusia era abuelo de la madre de Andrés, Olga Konstantínovna, reina consorte de Grecia. Sí, es bastante complicado.

Visita a Rusia

Muchos representantes de la línea paterna de Carlos eran griegos ortodoxos. El príncipe Felipe, su padre, fue cristiano ortodoxo hasta que se casó con la reina Isabel. Así que Carlos también siente una profunda simpatía por la Iglesia Ortodoxa y es bien sabido que ha peregrinado al Monte Athos, famoso por sus monasterios, santos y milagros.

Hubo rumores de que Carlos incluso había sido bautizado en la ortodoxia, sin embargo, su estatus no le permite convertirse de la Iglesia Anglicana a otras religiones. Sin embargo, según algunos medios de comunicación británicos, hay iconos ortodoxos colgados en las paredes de la residencia de Carlos en Highgrove.

En 1994, Carlos viajó a San Petersburgo invitado por el alcalde de la ciudad, Anatoli Sobchak. Entonces el Príncipe visitó la fortaleza de San Pedro y Pablo (donde están enterrados muchos Romanov) y paseó por la ciudad.

En 2003, Carlos realizó otra visita a Rusia. Viajó a San Petersburgo y visitó la campiña de Peterhof, antigua residencia de los zares rusos.

Tras una visita al Gran Palacio de Peterhof, el Príncipe Carlos paseó por los callejones y quedó impresionado por las famosas fuentes del lugar.

Después, Carlos se dirigió a las islas rusas de Solovkí, en el Mar Blanco, donde se encuentra el famoso y antiguo monasterio de Solovetski. Carlos solía decir que soñaba con visitar este santuario ortodoxo. También conmemoró a las víctimas del Gulag de Solovetski inhumadas en época soviética en los muros del monasterio, plantando arbolitos de abeto siberiano en el callejón conmemorativo.

En la boda del príncipe Guillermo, los periodistas observaron que había iconos ortodoxos presentes en la ceremonia. Lo cual es un homenaje a todos los familiares ortodoxos del príncipe Felipe y, por supuesto, de Carlos.

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