Antes del siglo XX, Rusia era sobre todo un país agrícola, y la mayor parte de sus exportaciones eran materias primas. El cáñamo, una planta del género cannabis sativa, era uno de los principales factores de las exportaciones rusas. Las variedades que se cultivaban en Rusia Central tenían un bajo contenido de tetrahidrocannabinol, el principal componente psicoactivo de la planta, por lo que los rusos no se drogaban con ella (no hay registros de un uso recreativo masivo), pero el Estado seguramente se enriqueció con ella. Además, Rusia suministró a su mayor enemigo naval, Gran Bretaña, cáñamo que se utilizó para fabricar aparejos para la flota británica...
Papel y armadura, cuerdas y velas
La cannabis sativa es una de las plantas de más rápido crecimiento del planeta, y probablemente una de las primeras en ser hilada a modo de fibra en la historia de la humanidad. Sus usos son muy variados. En la antigua China, el primer papel se fabricó con esta planta; la primera Biblia de Johann Gutenberg, la primera constitución americana y la Declaración de Independencia se imprimieron en papel de cáñamo.
El cáñamo es un material producido de Cannabis sativa L. En concreto la subespecie sativa, un género de la planta utilizado con fines industriales. El cáñamo como material se produce sumergiendo los tallos de la planta en agua. La fibra resultante tiene unas cualidades físicas únicas: es demasiado gruesa para que se la coman parásitos como las polillas y tan resistente que los productos que se producen con ella son excepcionalmente duraderos. Los guerreros de la antigua Rusia cosían capas de cuerdas de cáñamo en sus ropas, que les protegían de flechas, espadas y golpes de lanza. Además, el cáñamo no se pudre, ni siquiera en el agua salada del mar, lo que lo convierte en un material perfecto para las jarcias y las velas navales.
En la lengua rusa hay un adjetivo, poskonniy (‘посконный’), que se utiliza para describir algo muy antiguo, tradicional, relacionado con la Rus campesina. Pero no muchos rusos saben que este adjetivo procede de la palabra poskon (‘посконь’), que significa planta de cannabis macho. Las plantas macho se utilizan principalmente para producir cáñamo industrial, porque son más altas, más gruesas y no tienen semillas que hagan más complicada la producción de fibra de cáñamo. Entonces, ¿por qué la Rusia tradicional estaba tan vinculada al cáñamo?
Cómo el aparejo naval convirtió en amigos a los enemigos
El cáñamo industrial se ha cultivado en las tierras rusas desde la época precristiana, para la producción de ropa, redes de pesca y cuerdas, y más tarde para la fabricación de arneses para caballos y armaduras. Los campesinos consumían alimentos cocinados en aceite de cáñamo, ya que el aceite de girasol no estaba muy extendido en las regiones del centro y el norte.
A partir del siglo XVI, el Estado ruso empezó a producir más cáñamo del que necesitaba, porque se abrieron los mercados de exportación. Veamos cómo se desarrolló y cómo Rusia se convirtió en el primer exportador mundial de cáñamo industrial.
En el siglo XVI, Richard Chancellor estableció el comercio con el Zarato de Rusia. Los británicos empezaron a importar cáñamo ruso a partir de esa época; pero el apogeo de este comercio se produjo bajo el reinado de Pedro el Grande.
En la década de 1710, la Gran Guerra del Norte entre Suecia y la coalición de Rusia, Dinamarca-Noruega y Sajonia-Polonia estaba en pleno apogeo. Gran Bretaña no interfirió hasta 1717, pero de hecho, se unió al bando ruso mucho antes…Por el cáñamo.
Los negocios y la guerra a veces van por caminos diferentes. Para alimentar su poderío naval, Gran Bretaña necesitaba madera, hierro y cáñamo. Antes de la Guerra del Norte, Gran Bretaña compraba cáñamo y hierro principalmente a Suecia, pero durante la guerra, no proporcionó ayuda a los suecos contra los rusos. Disgustado por esto, Carlos XII de Suecia hizo subir los precios del cáñamo y el hierro.
En 1715, Gran Bretaña empezó a importar hierro de Rusia, y Pedro comprendió que también debía exportar cáñamo. Ese mismo año, el zar ruso emitió una orden para aumentar la producción de cáñamo y, al mismo tiempo, ofreció a los británicos precios más bajos que los que ofrecía Suecia: mientras los suecos vendían una tonelada de cáñamo por 22 libras, Pedro la ofrecía por 6 libras. Y, como confirmaron los oficiales navales británicos, el cáñamo ruso era mucho mejor que el sueco.
Además de la logística, para los mercaderes ingleses, una tonelada de cáñamo ruso costaba poco más de 10 libras. Y, lo que es más importante, el suministro ruso de cáñamo era inagotable, comparado con las existencias relativamente escasas de Suecia... Al proteger sus barcos mercantes que tenían que llegar a las costas rusas del Báltico a través de aguas controladas por Suecia, Gran Bretaña, de hecho, se puso del lado ruso en la guerra. En 1715, 200 barcos mercantes ingleses llegaron a San Petersburgo y Riga, comprando enormes cantidades de tela de cáñamo y ropel y proporcionando a Rusia el dinero necesario para continuar la guerra.
La exportación de cáñamo de Rusia
Finalmente, como sabemos, Suecia fue derrotada en 1721, y Rusia se convirtió en un Imperio. Hasta principios del siglo XIX, Rusia fue el único exportador de cáñamo a Gran Bretaña (el 96% de los aparejos británicos estaban hechos de cáñamo ruso), mientras que políticamente, las dos superpotencias europeas se enfrentaron en muchas guerras durante el siglo XVIII.
En el siglo XVIII, Rusia exportaba anualmente más de 32.000 toneladas de cáñamo. Los campesinos de las regiones de Oriol, Kaluga, Kursk, Chernígov y otras obtuvieron beneficios cultivando la planta y produciendo material de cáñamo.
Pero a principios del siglo XIX, Gran Bretaña empezó a importar algodón de América, y la fibra de yute, cuya producción era más barata, empezó a utilizarse para las jarcias navales; las importaciones de cáñamo ruso a Gran Bretaña disminuyeron. Aun así, Rusia siguió exportando cáñamo a más de 10 países de Europa. En la segunda mitad del siglo XIX, el cáñamo representaba entre el 50% y el 74% de las exportaciones rusas, y a finales de siglo, Rusia producía 140.000 toneladas de cáñamo, el 40% de todo el cáñamo producido en Europa. Pero a principios del siglo XX, los aparejos de yute habían sustituido a los de cáñamo en casi todas partes, y los barcos de vapor, utilizados desde mediados del siglo XIX, reemplazaron a los de vela. Así, el poder del cáñamo del Imperio Ruso llegó a su fin. Hasta el día de hoy, la ciudad de Dmitrovsk, en la región de Oriol, lleva la imagen de una planta de cannabis en su emblema, lo que nos recuerda que esta región fue antiguamente la principal productora de cáñamo.
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