5 cosas que estuvieron donde hoy se encuentra el Mausoleo de Lenin (FOTOS)

Historia
GUEÓRGUI MANÁEV
¿Sabía usted que en el mismo lugar donde ahora se expone el cuerpo de Lenin hubo una vez leones en cautividad? El mausoleo del líder soviético apareció en la Plaza Roja de Moscú en 1924, pero el solar no estuvo siempre vacío anteriormente.

1. Foso de Aloisio

El primer gobernante que clavó la pala en el suelo de la Plaza Roja de Moscú fue el Gran Príncipe de Moscú Vasili III, padre de Iván el Terrible. Y por Plaza Roja nos referimos a la zona situada justo fuera de las murallas del Kremlin de Moscú, construidas por arquitectos italianos a finales del siglo XV.

Vasili III ordenó cavar un foso alrededor del Kremlin, abastecido con el agua del río Neglinnaya que fluye cerca del Kremlin. El arquitecto italiano Aloisio el Nuevo (Aleviz Friazin, también conocido como “Aloisio de Italia” en Rusia) se encargó de la ingeniería del foso, por lo que éste pasó a llamarse “Foso de Aloisio”. El foso se terminó de construir en 1519 y existió como estructura defensiva al menos hasta finales del siglo XVI, cuando se drenaron partes del foso.

Es importante señalar que el nombre oficial ortodoxo ruso de la catedral de San Basilio sigue siendo “Catedral de la Intercesión de la Santísima Theotokos en el Foso”, el único nombre en el que se sigue mencionando el foso de Aloisio. Porque, inicialmente, en 1561, cuando fue terminada, se encontraba en la orilla del foso.

2. El zoológico de Iván el Terrible

A mediados del siglo XVI, la parte del foso situada entre las torres Nikólskaia y Spasskaya (la misma en la que aparecería el Mausoleo de Lenin en 1924) fue drenada y utilizada por Iván el Terrible para guardar un león y una leona que le regaló María I de Inglaterra.

Un elefante, regalo del sha persa Tahmasp I, también vivió en el foso durante algún tiempo. El elefante era alimentado abundantemente y su cuidador persa recibía un buen salario, lo que enfurecía a los pobres moscovitas. Cuando, en 1570, la peste se extendió por Moscú, muchos culparon a la bestia. Entonces, el elefante y su cuidador fueron enviados a la región de Tver.

En el siglo XVII vivía en el foso otro elefante, regalo de Abbas II de Persia a Alexéi Mijáilovich, pero murió de desnutrición.

El foso de Aloisio volvió a utilizarse como estructura de defensa bajo el mandato de Pedro el Grande, pero fue desecado de nuevo en los años 1770-1780. A principios del siglo XIX, el foso estaba lleno de basura y escombros. Alejandro I ordenó rellenar con tierra la parte de la Plaza Roja.

3. Línea de tranvía

Durante casi cien años, el lugar donde ahora se encuentra el Mausoleo fue plano. En 1909, se instaló una línea de tranvía en la Plaza Roja, pues ya había un problema de tráfico en el centro de Moscú, por lo que las autoridades intentaron descargar la red de transporte de la ciudad con un trazado en anillo mediante la colocación de rutas radiales. Pero, inmediatamente, estalló un escándalo.

El trazado cruzaba inicialmente la Plaza Roja, cerca de los Comerciales Superiores (donde ahora se encuentran la Tienda Universal Principal GUM). Enfurecidos por la intrusión de la maquinaria contemporánea en el antiguo foro, los miembros de la Sociedad Arqueológica Imperial Rusa escribieron una carta colectiva a las autoridades moscovitas: “¿Quién ha permitido una distorsión tan flagrante de este maravilloso lugar de Moscú? La vista del monumento a Minin y Pozharski, la catedral de San Basilio, la puerta Spaski y el Kremlin están cortados por líneas curvas de cables y bloqueados por pilares”.

La intelectualidad moscovita, en cambio, se oponía firmemente a la supresión de la línea del tranvía, y los vendedores ambulantes y comerciantes de la ciudad tampoco querían que se prohibiera el tranvía, porque garantizaba un flujo constante de clientes a través de la Plaza Roja.

Finalmente, la línea se trasladó más cerca del muro del Kremlin. Si existiera ahora, pasaría justo al lado del Mausoleo, y de hecho lo hizo durante algún tiempo, antes de la década de 1930, cuando los soviéticos necesitaban limpiar la Plaza Roja para celebrar grandes desfiles militares.

4. La necrópolis del muro del Kremlin…y una tribuna

En octubre de 1917 se produjo en Moscú un levantamiento armado dirigido por los bolcheviques, que duró del 25 de octubre al 2 de noviembre (O.S.). Miles de personas perecieron y la revuelta terminó con la victoria bolchevique. Una de las primeras órdenes de las recién fundadas autoridades bolcheviques moscovitas fue organizar un solemne entierro de los más distinguidos luchadores revolucionarios que murieron durante esos días.

El 8 de noviembre de 1917 se cavaron dos fosas de 72 metros entre la línea del tranvía y el muro del Kremlin. El 10 de noviembre de 1917 se enterraron allí 238 ataúdes. Ese día se cerraron en Moscú casi todas las fábricas y lugares de ocio. En la inauguración de la necrópolis, tras el discurso de Vladímir Lenin, un coro interpretó una cantata basada en el poema de Serguéi Yesenin “Dormid, amados hermanos, a la luz de las tumbas imperecederas”. El funeral terminó al anochecer y las tumbas se llenaron a la mañana siguiente. Durante la semana siguiente, se enterraron dos cuerpos más.

Más tarde, se cavaron otras 15 fosas comunes cerca del muro: en total, hubo más de 300 entierros. En 1928, ya después de la construcción del mausoleo, se dejó de enterrar a los “revolucionarios de a pie”. Sólo se enterraron allí los comunistas soviéticos y extranjeros más distinguidos: Serguéi Kírov, Maxim Gorki, Gueorgui Zhúkov, Leonid Brézhnev y otros. En total, la necrópolis alberga más de 400 ataúdes.

En 1917 se instaló una tribuna en el centro de la necrópolis, justo detrás del lugar del mausoleo; los bolcheviques la utilizaban para sus apariciones públicas. Además, siguiendo la orden de Lenin, en los primeros años después de la Revolución, el reloj de la Torre Spaskaya tocaba una marcha fúnebre dos veces al día, a las 9 de la mañana y a las 3 de la tarde, para honrar a las víctimas de la Revolución.

5. El monumento a un obrero

En 1922 se reconstruyó la tribuna, más pequeña y de ladrillo rojo, a juego con la pared del Kremlin. Junto a ella se erigió un monumento temporal llamado ‘Obrero’. Su creador, el escultor Friedrich Leht (1887-1961), lo hizo de yeso.

El monumento representaba a un obrero de pie junto a un yunque, con el martillo apoyado en las piernas. Su mano levantada sostenía su gorro de trabajo, saludando a la Revolución. La figura del obrero medía 4,3 metros de altura.

El monumento continuó en su lugar a la muerte de Lenin y seguía en pie cuando apareció el primer Mausoleo de madera y se desmontó la tribuna. Pero, en mayo de 1924, cuando se inició la construcción del segundo Mausoleo de madera, el ‘Obrero’ fue retirado y probablemente destruido debido a su material. Nunca se encontraron rastros de esta escultura.

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