Cómo los extranjeros ayudaron a construir Magnitogorsk, el corazón industrial de la URSS

Historia
YULIA JAKÍMOVA
Esta pequeña ciudad estaba destinada a convertirse en la capital de la industria siderúrgica soviética. Y fueron en parte estadounidenses, así como alemanes, rumanos, italianos y otros europeos, quienes ayudaron a ubicar Magnitogorsk en el mapa del mundo.

A Magnitogorsk se la apodó “corazón de acero de la Madre Patria”, el principal centro de la industria siderúrgica soviética, durante todo el siglo XX. Para los estándares rusos, esta ciudad del sur de los Urales, construida en la frontera entre Europa y Asia, es bastante pequeña (sólo 413.000 habitantes), pero especialistas de Europa y Estados Unidos acudíeron a Magnitogorsk incluso durante los primeros años de su existencia. El objetivo de su visita era participar en la construcción de la Siderurgia de Magnitogorsk [abreviatura rusa: MKK], así como construir viviendas para los trabajadores metalúrgicos.

Una ciudad junto al monte Magnítnaia

La ciudad debe su existencia al monte Magnítnaia. Según las estimaciones actuales, en un área de unos 25 km2 se concentraban casi 500 millones de toneladas de mineral de hierro de alta calidad antes de que se iniciara la explotación. El mejor mineral contenía hasta un 70% de hierro. Ahora la mayor parte de la montaña ha sido arrasada y casi no queda mineral de hierro.

Durante siglo y medio, la extracción de materias primas en este lugar tuvo un carácter primitivo y apolítico hasta que, en 1929, las autoridades soviéticas firmaron un decreto sobre la construcción de una planta metalúrgica. Así surgió en las estepas de los Urales la planta industrial que se convertiría en el buque insignia de la industria siderúrgica del país.

Adelantándose a los americanos

En la construcción participaron miles de personas de toda la URSS. Se invitó a ingenieros extranjeros, principalmente estadounidenses y alemanes, a diseñar las estructuras principales. Erich Honecker, futuro líder de la República Democrática Alemana, trabajó aquí. También llegaron checos, eslovacos, búlgaros, italianos, finlandeses, rumanos, turcos y polacos para participar en el gigantesco proyecto de construcción.

El 14 de marzo de 1930 se firmó un contrato con una empresa estadounidense de Cleveland, Arthur G. McKee & Co, para diseñar el Alto Horno nº 1.

Los estadounidenses no creían que el proyecto pudiera llevarse a cabo rápidamente. Arthur McKee dijo: “Ustedes quieren avanzar a toda velocidad. Tienen demasiada prisa. Se necesitaron 12 años y medio para construir la mayor acería del mundo, nuestra acería americana Gary. Añadan a esto otros 11 años que se tardó en diseñar. Y ustedes esperan poner su planta en funcionamiento en tres años”.

Apoyándose en la experiencia extranjera y llenando rápidamente las lagunas de sus propios conocimientos de ingeniería, los constructores de Magnitka [como se conocía informalmente a MKK] pronto entraron en los libros de récords. El primer alto horno fue diseñado en sólo tres meses y sus cimientos se colocaron el 1 de julio de 1930. Y ya el 1 de febrero de 1932, el alto horno nº 1 produjo su primer arrabio. MKK considera esta fecha como el inicio de la producción regular de la planta.

La propia ciudad remonta sus inicios al 30 de junio de 1929, cuando llegó el primer tren a la estación de ferrocarril local.

Llegan los alemanes

Los primeros habitantes de Magnitogorsk se alojaron en simples albergues para trabajadores. Pero las autoridades del país se dieron cuenta de que se necesitarían cientos de miles de metros cuadrados de viviendas estandarizadas, capaces de ser construidas en plazos ajustados, para satisfacer las necesidades de la creciente ciudad. Era un problema agudo en más lugares que Magnitogorsk: En los años del primer plan económico quinquenal (1928-1932) se había proclamado en la URSS una política de industrialización acelerada, lo que produjo una necesidad de viviendas para alojar a los trabajadores de las fábricas que se estaban construyendo en todo el país. Los métodos alemanes de producción en cadena llamaron la atención de los dirigentes del país. Mientras que en los años 20 la URSS seguía construyendo casas con ladrillos, en Alemania ya se levantaban casas con grandes bloques de mampostería prefabricados, lo que resultaba más sencillo, barato y rápido.

El arquitecto de Fráncfort del Meno Ernst May fue invitado a viajar a Moscú en 1930, y llegó con un grupo de colegas arquitectos de ideas afines para aplicar los principios del racionalismo en las principales obras de Magnitogorsk, Nizhni Tagil, Novokuznetsk y otra docena de ciudades.

En el proceso de diseño de May, todo estaba organizado como en una cadena de montaje de Ford. Y las plantillas ya preparadas para la construcción de urbanizaciones permitían planificar el trazado de los futuros asentamientos y elaborar rápidamente planos completos de planes generales de desarrollo urbano. Posteriormente, el método de diseño de proyectos de vivienda desarrollado por May fue adoptado por los urbanistas soviéticos y ampliado a nivel de toda la Unión Soviética. 

En realidad, la URSS trató de abaratar aún más lo que ya era un enfoque de bajo presupuesto para la construcción, y por eso las casas de May en Magnitogorsk se alquilaron y se instalaron sin agua corriente, desagües o cocinas (que no formaban parte del diseño), y a veces sin tabiques internos. Esto, por supuesto, dejó al arquitecto muy descontento.

Gracias a May, el barrio residencial nº 1 surgió en la calle Pionérskaia de la ciudad: Constaba de más de 30 edificios estandarizados de cuatro pisos dispuestos en filas perpendiculares a las arterias de transporte de la ciudad.

Magnitogorsk cuenta también con el llamado “barrio alemán”, levantado tras la Segunda Guerra Mundial por prisioneros alemanes, húngaros, rumanos y de otras nacionalidades (unos 10.000 prisioneros de guerra extranjeros pasaron por Magnitogorsk en total). Construyeron casas de dos y tres pisos revestidas de piedra en un estilo típico de Alemania y Europa del Este. Hoy en día los habitantes de Magnitogorsk consideran este barrio como el más pintoresco de la ciudad.

Y las primeras viviendas de la ciudad se conmemoran con el monumento “La primera tienda”, inaugurado en 1966.

Compra de locomotoras de fabricación italiana

En 1932, la fábrica de Savigliano, en Turín, fabricó un lote de 26 locomotoras diésel para las necesidades de la fábrica MMK. Algunas de estas locomotoras todavía están en funcionamiento y se consideran de las más antiguas en el territorio de la antigua URSS.

En la actualidad, Italia es el principal comprador de la producción de MMK en Europa. Este país representa el 24% del volumen total de exportaciones de la empresa.

De la retaguardia, al frente

Estadísticamente, uno de cada tres proyectiles soviéticos y uno de cada dos tanques en la Segunda Guerra Mundial se fabricaron con metal de Magnitogorsk. El monumento “De la retaguardia al Frente” fue erigido en la ciudad para conmemorar la contribución de los trabajadores metalúrgicos a la victoria, y se ha convertido en su hito arquitectónico dominante.

El monumento, diseñado por Lev Golovnitski y erigido en 1979, es el primero de un tríptico que comprende los tres monumentos soviéticos más importantes de la Victoria. Se dice que una espada “forjada” en Magnitogorsk es la alzada por la figura de la Patria en las alturas de Mamáiev Kurgán en Volgogrado y bajada de nuevo por el Soldado-Liberador en el Parque Treptower de Berlín.

Magnitogorsk sigue siendo popular entre los ingenieros extranjeros, que visitan el lugar regularmente para aprender de la experiencia rusa. De hecho, cualquiera que valore el atractivo romántico de los emplazamientos industriales encontrará la ciudad fascinante: Sus calles, casas, monumentos y emplazamientos industriales proporcionan una introducción a la historia del desarrollo de la industria pesada en la URSS.

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