Con 141,8 metros, es el monumento más alto de Rusia. Pero su descomunal altura no es un simple número al azar, ya que su simboliza el número de días que duró la Segunda Guerra Mundial: 1.418. Cada 10 centímetros representan un día de la devastadora guerra, que se cobró la vida de unos 27 millones de ciudadanos soviéticos.
El monumento épico consta de dos partes. En la parte inferior hay una escultura de San Jorge matando a un dragón, que en este caso simboliza el fascismo. Detrás de la escultura se encuentra un obelisco en forma de bayoneta, con los nombres de las principales ciudades soviéticas donde se libró la Segunda Guerra Mundial.
Más cerca de la cima se encuentra una escultura de Nike, la icónica diosa griega de la victoria. Con una corona de laurel dorada en una mano y dos angelitos tocando trompetas doradas a cada lado, se dice que pesa unas 25 toneladas en total.
Resulta, por supuesto, que el monumento es más de lo que parece. La parte de soporte del obelisco (de sólo 8 metros de altura) se alarga 3,7 metros bajo tierra, donde está unida a una losa de hormigón de unos 40 metros de diámetro. Hay un ascensor en el interior del obelisco, que sube 87 metros dos veces por semana para que los técnicos realicen el mantenimiento y las revisiones necesarias.
El Monumento a la Victoria es obra del escultor de origen georgiano Zurab Tsereteli, cuyas obras se encuentran en numerosos lugares del mundo, como la “Lágrima de Dolor” de Nueva Jersey, regalada por Rusia a Estados Unidos, dedicada a las víctimas de los atentados terroristas del 11-S.
El Monumento a la Victoria de Tsereteli se abrió al público en Moscú en 1995, con motivo del 50º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial.
Literalmente, ¡no te lo puedes perder! Es el segundo monumento más alto de Rusia. La impresionante estructura, situada frente a la entrada principal del VDNJ (un gigantesco parque de atracciones y feria permanente de uso general en Moscú) mide 107 metros.
El monumento se construyó en 1964 para rendir homenaje a la incomparable contribución soviética a la exploración espacial. A pesar de su colosal tamaño, el Monumento a los Conquistadores del Espacio (diseñado por el escultor Andréi Faidish-Krandievski y los arquitectos Mijaíl Barshch y Aleksandr Kolchin) carece de masividad visual. Resuelto al estilo del modernismo soviético, representa un cohete volador en una curva de ascenso de 77 grados. La escala del monumento habla por sí misma, representando la estela de vapor detrás del cohete.
La estructura de acero, de 250 toneladas, se ensambló a mano en el suelo y luego se levantó con grúas para colocarla en su lugar. Lo mejor es verla desde diferentes ángulos para apreciar plenamente su grandeza. Por último, pero no menos importante, la base del monumento alberga el Museo de Cosmonáutica.
No tendrás ningún problema para reconocer este peculiar monumento. Con sus impresionantes 98 metros, es más alta que la mundialmente famosa Estatua de la Libertad de Estados Unidos.
Este gigantesco monumento con el zar Pedro I de Rusia al timón de un barco se erigió en 1997, causando una gran controversia. El gigantesco monumento, creado por el prolífico Zurab Tsereteli, se encuentra en el río Moscova, en la punta de una isla artificial.
Los críticos se preguntaban, entre otras cosas, por qué el monumento a Pedro el Grande, creador de la marina rusa, se erigió en Moscú cuando el zar trasladó la capital de Rusia desde su ciudad menos favorita a San Petersburgo en 1712.
Sin embargo, la escala de la estatua dice mucho sobre Pedro el Grande (1672-1725), que tuvo fama de ser uno de los gobernantes más altos de la historia de Rusia. El monumento pesa más de 2.000 toneladas y consta de tres partes: un pedestal (la parte inferior del monumento), un barco y la figura de Pedro el Grande.
La obra de acero inoxidable de Vera Mujina es su respuesta al realismo social y pretende simbolizar una simbiosis ideal entre la clase obrera y el campesinado.
Monumento soviético por excelencia, alcanza los 58 metros y fue construido para la Exposición Universal de París de 1937.
En un giro profético del destino, los pabellones soviético y alemán estuvieron colocados uno frente al otro en el corazón de la capital francesa, en el Trocadero.
Después de la feria, la escultura de la Mujer Obrera y Koljosiana fue reubicada en Moscú, donde se colocó frente a la entrada del parque VDNJ, convirtiéndose en un imán para turistas y lugareños.
La estatua dedicada a uno de los cosmonautas más emblemáticos de la historia del mundo está hecha de titanio utilizado en la construcción de naves espaciales.
El monumento a Yuri Gagarin, erigido en julio de 1980, tiene 42,5 metros de altura. Celebra todo aquello por lo que el legendario cosmonauta soviético fue alabado: la confianza, la energía y la audacia. Se alza en medio de una plaza y desde ella da la impresión de que Yuri Gagarin se eleva, literalmente, hacia el cielo.
El imponente monumento puede verse desde kilómetros de distancia. La figura del legendario cosmonauta soviético está formada por 239 bloques, atornillados con una aleación de titanio. En la base de la estatua hay una réplica de la cápsula Vostok.
El hombre de la sonrisa encatadora se convirtió en un héroe para millones de personas cuando despegó de la Tierra hacia el espacio y orbitó el planeta el 12 de abril de 1961. No es una coincidencia que el monumento, creado por el escultor Pavel Bondarenko, se erigiera en la Avenida Leninski. En 1961, Gagarin regresó del aeropuerto de Vnúkovo por esta importante avenida para entregar su esperado informe sobre el primer vuelo al espacio.
LEE MÁS: 'El Obrero y la koljosiana', historia y hechos de una mítica escultura soviética
La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: