10 réplicas de monumentos internacionales que no esperabas encontrar en Rusia

¿Te podrías imaginar una entrada de metro parisina en Moscú? ¿O una estatua de Cervantes como la que hay en Madrid?

Todas se construyeron sin la ayuda de una impresora 3D y con mucha imaginación.

1. Entrada de metro de París, Moscú

Desde 2006 Moscú tiene su propia “puerta de entrada” a la capital de Francia. Una de las entradas de la estación de metro Kíevskaia fue construida por arquitectos franceses en un estilo que recuerda al de Hector Guimard. Es fácil de encontrar cerca del centro comercial Evropéiski y realmente parece una salida a una calle parisina.

En 2009 apareció en la capital francesa una entrada de metro con temática moscovita. Está decorada con una vidriera que representa un cuento popular ruso, la gallina Riaba.

2. La boca de la verdad, Moscú

La antigua máscara de mármol situada en la basílica romana de Santa María de Cosmedin tiene una gemela en una estación de metro de Moscú. Rímskaia (en la línea verde) recibió su nombre por la Ciudad Eterna, y fue decorada en colaboración con arquitectos italianos. En la estación también se encuentran la Madonna Litta y la Luperca.

3. Torre Eiffel, región de Cheliábinsk 

La torre Eiffel de Rusia también está en París. La única diferencia es que este París es un pequeño pueblo de los Urales. Esta atracción apareció en 2005 y la construyó una compañía telefónica y actualmente proporciona cobertura telefónica al pueblo.

4. Torre Eiffel, región de Kaliningrado 

Esta pequeña copia de la torre Eiffel de tan solo ocho metros está hecha de hierro forjado y se instaló para conmemorar el 120 aniversario de la torre parisina. Inmediatamente se convirtió en un imán para turistas en la ciudad de Gusei, no lejos de Kaliningrado.

5. El Muro de las Lamentaciones, Moscú 

La copia rusa del famoso santuario se encuentra frente a la Sinagoga Coral de Moscú en la callejuela  Bolshói Spasogliniscshevski. Tiene 15 metros de largo y 3 metros de alto, por lo que solamente es una pequeña fracción del original, aunque eso no impide que muchos creyentes dejen sus notas y deseos en el muro.

6. Big Ben, Surgut 

Aunque no muchos habitantes de la ciudad siberiana de Surgut han ido a Londres, todos pueden disfrutar de su copia del Big Ben.

El edificio, erigido en 2004, acoge una escuela local de lenguas extranjeras. No es una réplica exacta. Por ejemplo, el reloj es tres veces más pequeño que el original. A pesar de ellos se parece bastante al famoso monumento londinense.

7. Embarcadero y canales de Brujas, Yoshkar-Ola 

El embarcadero de la ciudad de Yoshkar-Ola cuenta con una serie de bellos edificios en estilo flamenco. Acogen casas ministeriales, agencias municipales y otros edificios institucionales.

También puedes encontrar otras cosas interesantes aquí, como monumentos a Grace Kelly y a Rainiero III, príncipe de Mónaco. Cuenta además con una copia del Cañón del Zar, que al igual que el original, nunca ha sido disparado.

8. Castillo de Neuschwanstein, región de Moscú 

Se trata de una réplica exacta del castillo de Neuschwanstein. O quizá no...

Parece que los arquitectos tuvieron muchas fuentes de inspiración, aunque el famoso castillo alemán es claramente la principal. Es una guardería privada y abrió sus puertas en Sovjoz Lenin, cerca de Moscú, en 2013.

En sus 6.000 metros cuadrados, da cabida a 150 niños. Así que te preguntarás, ¿cuánto cuesta mandar aquí a los niños? Según la prensa local, no más que una guardería estatal.

9. Monumento a Miguel de Cervantes, Moscú

Este monumento al gran escritor español se encuentra en el parque Druzhba (Amistad), de Moscú y se inauguró en 1981. Es una copia del monumento que hay en la Plaza de las Cortes de Madrid, aunque a la versión rusa le falta su espadín, que perdió en una pelea de unos vándalos.

10. El monumento del zar carpintero, San Petersburgo 

El monumento a Pedro el Grande, que actualmente se encuentra en el embarcadero del Almirantazgo en San Petersburgo es una copia de uno situado en la ciudad holandesa de Zaandam, que es donde el zar aprendió el oficio de la construcción naval hace 300 años.

El primer monumento al zar carpintero se presentó en San Petersburgo en 1910 para conmemorar el aniversario de la batalla de Poltava. En 1911, Nicolás II entregó una copia a Zaandam como regalo pero el monumento ruso desapareció tras la revolución de 1917. Sin embargo, en 1996, el gobierno holandés entregó solemnemente una copia de su propio Pedro el Grande a la ciudad de San Petersburgo. Vaya sorprendente giro del destino.

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