Una visita inesperada a la URSS: las paradas de autobús soviéticas más extrañas

Un libro con más de 200 fotografías arroja luz sobre estas escondidas joyas de la arquitectura soviética. Este elemento práctico se convirtió en algo extraordinario, bello e incluso, poético

Christopher Herwig es un reconocido fotógrafo que ha contribuido en las misiones de paz de la ONU y ha publicado en revistas como GEOCNN Traveler.

En 2002, cuando viajaba en bicicleta desde Londres a San Petersburgo, Christopher acababa de cruzar la frontera con Polonia hacia Lituania, al sur de Kaunas, cuando vio una parada de autobús muy poco habitual. “Fue una agradable sorpresa en la tranquila carretera rural. No lo esperaba ni lo estaba buscando en ese momento”, comenta a Russia Beyond.

Después Christopher comenzó a buscar paradas especiales a lo largo del camino y tomaba fotografías de las más estilosas. “Viví tres años en Kazajistán y en mis viajes me encontré con muchas en momentos en los que no las buscaba pero me alegraba encontrarlas”.

Pocos años después Christopher comenzó a viajar activamente y a buscar paradas de autobús. Hasta el momento ha viajado más de 30.000 km en automóvil, bicicleta, autobús y taxi, por 13 antiguas repúblicas soviéticas.

En 2015 la publicación del álbum de fotos de Cristopher, Paradas de autobús soviéticas, Volumen 1, publicado por FUEL, con casi 200 instantáneas atrajo la atención de los medios internacionales. Apareció citado en periódicos como The Guardian o The New York Times.

El libro es la muestra más amplia y diversa de los diseños de paradas de autobús de la URSS, desde las costas del Mar Negro hasta la interminable estepa kazaja. “Estas extraordinarias paradas de autobús muestran la variedad del arte público de la era soviética y suponen una peculiar mirada a las mentes creativas de aquella época”.

Tras el éxito del primer volumen, en 2017 se ha publicado el segundo, con otras 200 imágenes de paradas de autobús sorprendentes. Además de descubrir increíbles ejemplos en áreas remotas de Georgia y Ucrania, Herwig también dirige su cámara a Rusia, que no estaba incluida en el primer volumen.

Dada la amplia variedad de paradas, resulta casi imposible escoger la más increíble. Algunas aparecen en medio de la nada. “Las que están completamente aisladas son las más especiales para mí, en lo que se refiere a la experiencia de descubrirlas. Surgen tantas preguntas acerca de cómo y por qué están aquí”, comenta a Russia Beyond. “Eso combinado con la limpieza de la composición y la armonía existente entre la parada y el paisaje, hace que me emocione como fotógrafo y como alguien que quiere elevar el estatus de las paradas de autobús”.

A menudo lo más extraño suelen ser la forma y el diseño, que Christopher reconoce no haber ni soñado. Aunque también había otros elementos interesantes, como por ejemplo, en una de las paradas se encontró un caballo, a menudo había vacas y “eran habituales una cerveza o una botella de vodka, solitarias en una esquina”.

El libro de las paradas de autobús está entre los favoritos de los editores. “Estos libros han arrojado luz sobre unas joyas arquitectónicas poco conocidas”, comenta Damon Murray, de FUEL, a Russia Beyond. “Remotos puestos de avanzada del imperio soviético, estos libros muestran lo improbablemente creativa y variada que puede ser una parada de autobús”.

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