Cuando pilotos de EE UU lucharon contra soviéticos en los cielos de Polonia (y uno creó a King Kong)

Dominio público/Merian C. Cooper/RKO Radio Pictures, 1933
Un grupo de voluntarios estadounidenses participó en la guerra polaco-bolchevique de 1919-1920. Entre ellos estaba el futuro realizador de la famosa película ‘King Kong’.

Tras el colapso del Imperio Ruso, surgieron bastantes estados nuevos a partir de sus fragmentos, siendo la Rusia soviética y la República Polaca los más poderosos. A principios de 1919, ambos países se enzarzaron en encarnizados combates por los territorios de Ucrania y Bielorrusia.

Varias docenas de aviadores estadounidenses participaron en la guerra soviético-polaca del lado de Varsovia. Qué les había atraído a la lejana Europa del Este?

Escuadrón Kościuszko

Los primeros voluntarios americanos: Fauntleroy, Cooper, Corsi, Crawford, Shrewsbury, Clark, Rorison, Noble

Fue el capitán del ejército estadounidense (y aviador) Merian Cooper quien tuvo la idea de involucrar a pilotos militares estadounidenses en la guerra contra los bolcheviques cuando visitó Polonia como miembro de la misión humanitaria de la American Relief Administration en la primavera de 1919.

No había nada raro en que los estadounidenses participaran en la guerra contra la Rusia soviética. Para entonces, durante casi un año, los contingentes militares estadounidenses habían participado en una intervención a gran escala en el país, operando en su norte y Extremo Oriente. Polonia podía convertirse en otro frente en el que los estadounidenses apoyarían a las fuerzas que se oponían a los comunistas.

Cooper en Lwów durante la época del escuadrón Kościuszko

También había razones personales para la decisión de Cooper de luchar por Polonia. Su tatarabuelo había luchado codo con codo con Kazimierz Pułaski, un general de ascendencia polaca y héroe de la Guerra de la Independencia estadounidense, y fue testigo de su muerte en la batalla de Savannah en 1779. En la familia de Merian se honraba la memoria del famoso polaco y el aviador quería encontrar la forma de saldar la deuda con la patria histórica de Pułaski. “Me apena cada día hacer tan poco por la causa de la libertad polaca, cuando Pulaski hizo tanto por nosotros”, escribió Cooper a su padre.

Primero el general Tadeusz Jordan-Rozwadowski y luego el propio jefe de Estado polaco, Józef Piłsudski, apoyaron la idea de Cooper. El capitán viajó a Francia para reclutar a colegas suyos que seguían en Europa a pesar de haber terminado la Primera Guerra Mundial. Contó con la gran ayuda del comandante Cedric Fauntleroy, que se convertiría en el primer comandante de la unidad aérea de voluntarios estadounidenses.

El 7º Escuadrón de Caza

Los primeros siete estadounidenses llegaron a Polonia en septiembre de 1919. En total, 21 pilotos estadounidenses participaron en la guerra soviético-polaca.

Albatros D.III del Escuadrón de Cazas

El 7º Escuadrón de Caza en el que se alistaron los estadounidenses pronto pasó a llamarse 7º Escuadrón de Caza Tadeusz Kościuszko. La elección del nombre no fue casual. Al igual que Pułaski, Kościuszko era considerado en Polonia y Estados Unidos como un héroe de las guerras de independencia de ambos países.

Trayectoria de combate

Las fuerzas aéreas soviéticas se encontraban en un estado lamentable en ese momento, y los pilotos del Escuadrón Kościuszko no tuvieron, en general, que participar en combates aéreos. Durante la ofensiva del ejército polaco en Kiev, en abril de 1920, los estadounidenses, con sus aviones de combate Albatros D.III y Ansaldo A.1, realizaron misiones de reconocimiento, transportaron suministros, bombardearon ciudades soviéticas, atacaron a las fuerzas enemigas, hundieron barcos de la Flotilla del Dniéper y prestaron apoyo a las unidades y destacamentos polacos.

El 7º Escuadrón de Caza

A finales de mayo del mismo año, el 1er Ejército de Caballería de Semión Budionni montó una ofensiva a gran escala, obligando a las tropas polacas a abandonar Kiev y a retirarse caóticamente hacia el oeste. En varias ocasiones, los pilotos estadounidenses se encontraron a un pelo de ser capturados por la caballería roja. Tuvieron que abandonar sus aviones en los aeródromos y, literalmente, huir para ponerse a salvo.

El mejor momento del Escuadrón Kościuszko fue la lucha por Lwów en julio-agosto de 1920. Los pilotos estadounidenses realizaron varias docenas de salidas al día, sometiendo al enemigo a continuos ataques y manteniéndolo bajo constante presión. Como resultado, jugaron un papel importante en asegurar que el 1er Ejército de Caballería de Budionni se empantanara en Lwów y no pudiera llegar a Varsovia a tiempo, donde las tropas de Mijaíl Tujachevski sufrieron una gran derrota.

Merian C. Cooper durante la época del escuadrón Kościuszko/Fotograma de la película King Kong

“A pesar de estar cansados, los pilotos americanos están luchando como locos. Sin su ayuda, nos habríamos ido al garete hace mucho tiempo”, señaló el general polaco Antoni Listowski. En todo el período de lucha, que terminó en la primavera de 1921, el escuadrón perdió tres pilotos. Un buen número de los aviadores fueron condecorados con el máximo honor militar de la República Polaca: la Orden de las Virtudes Militares.

No todos los estadounidenses abandonaron el país tras el inicio de la paz. Algunos de ellos continuaron sirviendo en la Fuerza Aérea Polaca, que necesitaba urgentemente pilotos con tanta experiencia de combate.

Es curioso lo que le ocurrió a Merian Cooper. Fue abatido en julio de 1920 y acabó en cautiverio soviético, donde pasó nueve meses. Al final, consiguió escapar y regresar a Polonia a través de Letonia. Posteriormente, de vuelta a Estados Unidos, el aviador fue uno de los fundadores de la conocida aerolínea estadounidense Pan Am, y también encontró la fama como director de cine, rodando la película de culto King Kong en 1933.

La leyenda cuenta que el famoso monstruo fue ideado por Cooper mientras estaba en cautividad. Aprendiendo el idioma ruso para pasar el tiempo, empezó a leer el cuento en verso El Cocodrilo, del escritor infantil soviético Kornéi Chukovski, en el que, entre otras cosas, había líneas que describían a un gorila salvaje que secuestraba a una joven, llamada Lialia, y subía con ella a la cornisa de un alto edificio...

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