Así lucharon en la Segunda Guerra Mundial los hijos de famosos dirigentes soviéticos

Historia
BORIS EGOROV
Durante la guerra contra la Alemania nazi, los hijos de los altos dirigentes soviéticos no gozaron de ningún privilegio y lucharon en las batallas más sangrientas junto a otros militares.

Yákov Dzhugashvili

Al estallar la Gran Guerra Patria, el hijo mayor de Iósif Stalin, Yákov, que llevaba el verdadero apellido del líder soviético, Dzhugashvili, era el comandante de una batería de artillería del 14º Regimiento de Obuses del 20º Ejército.

Sin embargo, su guerra no duró mucho. Ya el 16 de julio de 1941, durante los combates en Bielorrusia, fue hecho prisionero.

Los alemanes no tardaron en saber a quién habían capturado e intentaron por todos los medios persuadirle para que cooperara con ellos. Yákov rechazó todos sus intentos, diciendo: “Siento vergüenza hacia mi padre por no haberme suicidado”. 

Se lanzaron varias misiones de rescate para liberar al teniente mayor Dzhugashvili, pero todas acabaron en fracaso. La propuesta alemana que Stalin había recibido a través de la Cruz Roja de intercambiar a Yákov por los generales capturados en Stalingrado fue rechazada categóricamente por el líder soviético. “Los alemanes propusieron cambiar a Yasha por uno de los suyos... ¡Como si fuera a negociar con ellos! No, la guerra es la guerra”, recordaría la hija de Stalin, Svetlana Allilúyeva, que dijo su padre.

Habiendo fracasado en la utilización de su estraordinario prisionero con fines propagandísticos, los alemanes cambiaron el trato que le daban de benévolo a extremadamente cruel. El 14 de abril de 1943, Yákov Dzhugashvili se arrojó hacia la alambrada electrificada del campo de concentración de Sachsenhausen y fue inmediatamente abatido por un guardia. Se desconoce si quería suicidarse, escapar o si todo el incidente fue orquestado por los alemanes.

Vasili Stalin

Al comienzo de la guerra, el hijo menor de Stalin, Vasilu, que se había graduado en una escuela de pilotos en 1940, servía en el cuartel general de la Fuerza Aérea en Moscú. No estaba contento de permanecer en la retaguardia y no quería que la gente pensara que había conseguido un puesto cómodo gracias a su padre.

En el verano de 1942, Vasili Stalin consiguió por fin una comisión en el frente, y en febrero del año siguiente fue nombrado comandante del 32º Regimiento de Aviación de Caza de la Guardia. Participó activamente en combates aéreos, realizando 26 salidas y derribando personalmente dos aviones enemigos.

“En febrero-marzo de 1943, derribamos una docena de aviones enemigos, de los cuales tres con la participación de Vasili, - rememoró un comandante de escuadrón de su regimiento, Serguéi Dolgushin. - Hay que decir que, por regla general, el primero en atacarlos era Vasili, tras lo cual los aviones perdían el control, y entonces los rematábamos. Según nuestras convenciones de vuelo, esos aviones podían considerarse derribados por Vasili, pero él prefería considerarlos como derribados en un esfuerzo de equipo. Una vez se lo planteé, pero se limitó a hacer un gesto con la mano y decir: “No cambies nada". 

El hijo del líder soviético siempre volaba en misiones sin paracaídas. Había decidido por sí mismo que no tenía derecho a caer vivo en manos del enemigo.

El coronel Stalin llegó al final de la guerra como comandante de la 286ª División de Aviación de Caza, que participó en la Operación Berlín. Vasili Iosifovich recibió más de una docena de condecoraciones militares, entre ellas tres Órdenes de la Bandera Roja, una de las más altas de la Unión Soviética.

Leonid Jruschov

Leonid Jruschov, hijo del futuro líder de la URSS, Nikita Jruschov, se convirtió en un experimentado piloto mucho antes de la Segunda Guerra Mundial: empezó a volar por primera vez en 1933. Durante la guerra soviética-finlandesa (de invierno), se alistó como voluntario para ir al frente y realizó más de 30 salidas en un bombardero en picado Ar-2.

Al estallar la guerra con la Alemania nazi, Jruschov servía en el 134º Regimiento de Aviación de Bombarderos de Alta Velocidad. A menudo realizaba tres o cuatro salidas al día, a veces incluso sin cobertura de cazas.

El 26 de julio de 1941, al regresar de una misión, su avión fue atacado por un grupo de cazas alemanes. Leonid Nikitich consiguió llegar a su aeródromo y aterrizar su avión, que estaba acribillado por el enemigo, pero se hirió gravemente en una pierna durante el aterrizaje. “El avión dio una voltereta, es decir, quedó volcado. El operador de radio consiguió salir por la ventanilla de la burbuja, el navegante Blinov murió en el aire y Leonid pasó cerca de una hora colgado boca abajo en la cabina comprimida. Con la ayuda de los mecánicos, fue sacado de la cabina y enviado al hospital con una grave fractura en la pierna”, recordaría su compañero de servicio Viktor Fomin.

En el invierno de 1942, Jruschov regresó al frente y fue condecorado con la Orden de la Bandera Roja por su valor en la batalla. Sin embargo, ya no quería pilotar un bombardero y, tras reciclarse, se pasó a los cazas.

La última batalla del teniente mayor Leonid Khrushchev tuvo lugar el 11 de marzo de 1943 cerca de la ciudad de Zhizdra, a 300 km de Moscú. Tras desaparecer, su cuerpo nunca fue hayado, y durante mucho tiempo figuró como desaparecido.

Timur Frunze

Timur Frunze tuvo dos padres, ambos de alto rango en la dirección soviética. Su padre biológico fue un destacado revolucionario y Comisario del Pueblo (Ministro) de Asuntos Militares, Mijaíl Frunze. Sin embargo, a principios de la década de 1930 ambos padres de Timur habían fallecido y el huerfano y fue adoptado por el sucesor de Frunze como Comisario del Pueblo, Kliment Voroshílov.

Decidido a seguir la carrera militar, Timur Mijáilovich ingresó primero en una escuela de artillería. Sin embargo, se sintió atraído por el cielo, y en 1940 se graduó con honores en una escuela de pilotos militares.

Frunze podría haberse convertido en un auténtico as: en menos de dos semanas en el Frente Noroeste, como parte del 161º Regimiento de Aviación de Caza, realizó nueve salidas, derribó dos aviones enemigos en solitario y otro en grupo.

Sin embargo, el destino no le dio a Timur Mijáilovich el tiempo suficiente para desarrollar plenamente su potencial. El 19 de enero de 1942, no lejos de Staraia Russa, su avión entró en combate contra un grupo de cazas alemanes, muriendo en el encuentro.

Los hermanos Mikoyan

Anastás Mikoyan, vicepresidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS (gobierno soviético), tuvo tres de sus hijos luchando en la Segunda Guerra Mundial. Como era habitual entre los hijos de los dirigentes soviéticos, ellos también se alistaron en las Fuerzas Aéreas.

El hijo mayor, Stepan, que servía en el 11º Regimiento de Aviación de Caza, participó en la Batalla de Moscú, realizando 10 salidas. Una de ellas estuvo a punto de ser fatal para Stepán Anastásovich. El 16 de enero de 1942, su Yak-1 fue derribado por error por otro caza soviético. El piloto consiguió aterrizar sobre el vientre su avión en llamas. Mikoyan, con quemaduras y una pierna rota, fue rescatado por unos lugareños, que lo llevaron a un hospital de campaña.

En el otoño de 1942, Stepan Mikoyan se recuperó de sus heridas y empezó a volar de nuevo. De hecho, participó en la batalla de Stalingrado, donde, como decían sus referencias, “siempre estaba donde era necesario para evitar que el enemigo llegara a una instalación o para ayudar a un camarada a salir de una situación difícil”.

El hermano menor de Stepan, Vladímir, que se graduó de un curso intensivo en una escuela de pilotos en febrero de 1942, también participó en las mismas batallas. El piloto más joven de su regimiento, Vladímir Anastásovich, de 18 años, murió en su primera salida seria de combate el 18 de septiembre de 1942.

Tras la muerte de su hermano, Stepan fue retirado temporalmente de volar en misiones de combate. Según una anécdota, Stalin convocó a su hijo Vasili, comandante del 32º Regimiento de Aviación de la Guardia, en el que servía Stepan Mikoyan, y le dijo: “Timur Frunze está muerto, Leonid Khrushchev está muerto, Vladímir Mikoyan está muerto. ¿Puedes mantener al menos a este a salvo?”

Aun así, antes de que terminara la guerra, el capitán Stepan Mikoyan consiguió llevar a cabo varias docenas de misiones de combate más. También participó en la escolta y vigilancia de aviones y trenes especialmente importantes.

El tercer hermano de Mikoyan, Alexéi, también logró mantenerse con vida. Formando parte del 12º Regimiento de Aviación de Caza de la Guardia, realizó 19 salidas, hasta que, a finales de 1944, debido a una avería en una rueda durante el aterrizaje, sufrió una lesión en la columna vertebral y en el rostro. Tras ser dado de alta en el hospital, volvió a volar y continuó haciéndolo hasta el final de la guerra.

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