La Guerra Fría fue una época dorada para la aviación militar. Algo que no se suele recordar tanto y que tuvo gran importancia fueron los cazas y bombarderos que las dos superpotencias suministraron a bandos enfrentados en numerosos conflictos locales en todo el mundo.
A menudo, el resultado de una guerra dependía de la velocidad, la maniobrabilidad y la resistencia de los aviones. Lo que hacía aún más importante capturar los aviones del enemigo y estudiarlos con todo detalle.
A la caza de un Sabre
Durante la Guerra de Corea de principios de los años 50, los cazas soviéticos MiG-15 y los estadounidenses F-86 Sabre tenían características muy similares. Ambos bandos intentaron hacerse con aviones del enemigo pero solo la URSS lo consiguió.
En abril de 1951, un grupo de pilotos de prueba encabezados por el teniente coronel Dziubenko llegó a Corea del Norte. Su tarea consistía en obligar a un F-86 a aterrizar en un aeródromo norcoreano.
Aunque la misión del grupo fue un fracaso, poco después un Sabre cayó en manos soviéticas. Durante un combate el 6 de octubre de ese mismo año, el piloto soviético Evgueni Pepeliaev causó un daño tan cuidadosamente calculado a un avión norteamericano que éste aterrizó en la costa norcoreana prácticamente ileso. El piloto estadounidense fue recogido por un grupo de búsqueda y rescate de la Fuerza Aérea de EE UU, pero el avión fue confiscado y enviado a Moscú.
La URSS decidió copiar al “asesino de MiGs”, como se apodó al F-86 en la prensa occidental. Stalin dio al diseñador Vladímir Kondratiev un año para crear un Sabre soviético. Sin embargo, Kondratiev fracasó en la tarea, y tras la muerte de Stalin se abandonó el proyecto. Al final, se decidió tomar prestadas unidades individuales, componentes y materiales del caza capturado para utilizarlos en la industria aeronáutica soviética.
En cuanto a los estadounidenses, lanzaron la Operación Moolah el 1 de noviembre de 1950 con el fin de capturar un MiG-15. Prometieron una gran recompensa a los pilotos norcoreanos que desertaran a Corea del Sur con cazas útiles. Sin embargo, la operación fracasó. No fue hasta el 21 de septiembre de 1953, cuando la guerra ya había terminado, que el desertor No Kum-sok aterrizó un MiG-15 en la base aérea de Kimpo, cerca de Seúl.
A la caza de un Aardvark
El 17 de marzo de 1968 llegaron a Vietnam seis cazabombarderos F-111 Aardvark de EE UU. Debido a su capacidad para aparecer de forma inesperada y casi silenciosa, para atacar rápidamente y desaparecer sin dejar rastro, los norvietnamitas apodaron a este avión “muerte susurrante”.
Los oficiales de inteligencia soviéticos vieron por primera vez el Aardvark en la primavera de 1967 en el Salón Aeronáutico de París, en Le Bourget. A pesar de estar estrictamente vigilado por la policía militar estadounidense, los agentes soviéticos lo fotografiaron en múltiples ocasiones y desde diversos ángulos. Sin embargo, la tarea más difícil e importante -la de estudiar las “entrañas” del avión- aún no se había llevado a cabo.
En realidad, la “muerte susurrante” no resultó tan amenazante. Sólo unas semanas después de su llegada a Vietnam, dos aviones Aardvark fueron derribados por las fuerzas de defensa aérea del Ejército Popular Vietnamita, mientras que otro fue capturado y enviado a la URSS.
Hay varias versiones de cómo fue capturado ese Aardvark Según una de ellas, el F-111, que realizaba un vuelo nocturno a baja altura, fue “ahogado”, es decir, sus comunicaciones con la base fueron interferidas, mientras que un piloto soviético a bordo de un caza llevó al avión estadounidense a tierra y lo obligó a aterrizar en un aeródromo de Vietnam del Norte.
Al mismo tiempo, otros dudan de que la Unión Soviética tuviera capacidad técnica suficiente para interferir la señal de radio del avión estadounidense. Según esta teoría, los pilotos habían sido simplemente sobornados y ellos mismos cortaron las comunicaciones con su base.
En general, la guerra de Vietnam se convirtió en una rica fuente de trofeos para la Unión Soviética. Además del F-111, Moscú se hizo con un F-4, un A-37 y un F-5E, helicópteros CH-47A Chinook, un misil AIM-7 Sparrow y varios cientos más de modelos de armas y material militar estadounidense.
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