El cosmonauta soviético que fue el primer ser humano en morir en un vuelo espacial

Historia
NIKOLÁI SHEVCHENKO
Amigo de Gagarin, el coronel Vladímir Komarov, estaba destinado a llevar a la ‘Soyuz-1’ a la gloria, pero no pudo evitar un final trágico.

En la década de 1960, la Unión Soviética y Estados Unidos se encontraban en una carrera espacial despiadada. Cada uno deseaba mostrar su superioridad sobre su enemigo ideológico.

El 16 de marzo de 1966, los estadounidenses realizaron el primer acoplamiento de la historia en el espacio durante el vuelo espacial tripulado Gemini 8. Los estadounidenses realizaron la maniobra manualmente y los soviéticos estaban ansiosos por devolver el golpe, demostrando que podían realizar el primer acoplamiento automático de la historia en el espacio al año siguiente. Por desgracia, las prisas surgidas provocaron la primera baja del programa espacial soviético.

Nuevo liderazgo

En 1967, los diseñadores de naves espaciales soviéticas se apresuraron a preparar el lanzamiento de la Soyuz-1 y la Soyuz-2, que debían acoplarse en el espacio.

La muerte del principal diseñador soviético de naves espaciales, Serguéi Korolev, en 1966, empañó la preparación de lo que debía ser un lanzamiento triunfal. Korolev era una figura muy influyente en el programa espacial soviético, que podría haber evitado la posterior catástrofe al negarse a ser obligado a fijar una fecha límite para complacer a los dirigentes políticos de la URSS.

Pero Korolev murió y dejó su Oficina de Diseño Experimental №1 -la principal institución soviética detrás de los esfuerzos soviéticos en el diseño de cohetes y la exploración espacial- a su sucesor Vasily Mishin. Desgraciadamente, para el nuevo jefe del programa espacial soviético, sería más recordado por una de las mayores tragedias ocurridas bajo su dirección.

Problemas en la Soyuz-1

O bien el nuevo diseñador de la nave no tenía suficiente poder para enfrentarse a la dirección política soviética, sedienta de nuevos logros científicos, o bien tenía verdadero interés en acelerar el lanzamiento de la Soyuz-1. Pero la nave no estaba debidamente preparada para el vuelo, que sin embargo tuvo lugar el 23 de abril de 1967.

Ese día, la Soyuz-1 estaba dispuesta para el lanzamiento. A bordo iba el coronel Vladímir Komarov, un cosmonauta experimentado para el que era su segunda misión espacial. El famoso Yuri Gagarin fue asignado como sustituto, en caso de que Komarov no pudiera volar.

Los problemas comenzaron poco después de que la malograda nave espacial entrara en la órbita de la Tierra. Uno de los dos paneles solares no se desplegó como estaba previsto y la falta de electricidad provocó un fallo en el funcionamiento del equipo. También falló el sistema de la navegación de la nave en relación con el sol.

Komarov intentó cambiar manualmente la órbita de la nave, pero en su lugar provocó una rotación no deseada alrededor del eje de la nave que no hizo más que intensificarse cuando intentó detenerla.

Ante la acumulación de fallos técnicos a bordo de la nave, el centro de control abortó el vuelo programado Soyuz-2, que debía acoplarse a la Soyuz-1, y comenzó a trabajar para devolver a Komarov a la tierra sano y salvo.

Un paracaídas fallido

El experimentado cosmonauta tuvo que dirigir manualmente la nave espacial de vuelta a la Tierra para poder aterrizar en un lugar concreto. Komarov lo hizo con éxito, y estaba muy cerca de regresar sano y salvo cuando uno de los sistemas más básicos funcionó mal.

Un pilotín no consiguió sacar el paracaídas principal y la cápsula se estrelló contra el suelo con fuerza. El impacto mató a Komarov, que tanto había luchado por su vida y por el éxito de la misión.

Cuando los servicios de emergencia llegaron al lugar de los hechos, se encontraron un incendio que los residentes locales trataban de extinguir.

En 1987 se erigió en el lugar del accidente un monumento que conmemora el sacrificio de Komarov.

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