En la autopsia del cuerpo de Lenin del 21 de enero de 1924 se dice: “La parte frontal del hemisferio izquierdo, comparado con el derecho, está ligeramente hundido. El cerebro - sin la membrana - pesa 1,340 gramos. En el hemisferio izquierdo, en las áreas del giro precentral, en los lóbulos parietal y occipital, hendiduras paracentrales y giro temporal, se trata de áreas con un fuerte hundimiento de la superficie cerebral. [...] Cuando el cerebro se diseca los ventrículos se dilatan, especialmente el izquierdo, y contienen líquido. En los lugares de ablandamiento del tejido cerebral hay muchas cavidades quísticas”."
Vladímir Lenin tuvo una serie de daños cerebrales o problemas físicos, al menos en los años anteriores a su muerte. ¿Qué fue y cómo afectó a su cerebro?
¿Por qué estudiar el cerebro de Lenin?
Uno puede tener diferentes opiniones sobre Lenin, pero es difícil cuestionar sus habilidades intelectuales. Se graduó en el Gimnasio Clásico de Simbirsk con las más altas calificaciones. Escribía fácilmente en inglés, francés y alemán y hablaba griego e italiano. El estadista soviético Alexñander Schlichter (1868-1940), que trabajó con Lenin, recordó que podía escribir un artículo que ocupara toda una columna de periódico en solo una hora. Su compañero de clase Alexánder Naúmov (1868-1950) lo llamó “una enciclopedia andante” y escribió que Lenin tenía “habilidades excepcionales: una memoria sin igual, una insaciable curiosidad científica y una productividad inusual”.
Por otro lado, su objetivo vital: la destrucción de la monarquía Romanov y la creación de la URSS fue algo que logró tras largos años de actividad clandestina, trabajo duro, propaganda, especulación financiera e intrigas. Esto hizo que Lenin adquiriera un status casi icónico, incluso durante su vida. Los bolcheviques y los rusos que los apoyaban creían que Lenin era una especie de superhombre. Aparentemente, los doctores querían estudiar su cerebro para determinar las posibles razones de sus sobresalientes habilidades.
¿Qué le pasó al cerebro de Lenin?
No lejos de la estación de ferrocarril Kurski de Moscú, en el callejón Obuja, hay un edificio del antiguo Hospital Evangélico Luterano, construido en 1903-1914 por el arquitecto Otto von Dessien. En este edificio estaba el Instituto de Investigación del Cerebro de la Academia de Ciencias Médicas de la URSS (ahora está la misma sección de la Academia Rusa de Ciencias Médicas). Aquí es donde se conserva el cerebro de Lenin, separado de su cuerpo, que aún se encuentra en el mausoleo de la Plaza Roja.
Inmediatamente después de su muerte, el cerebro fue colocado en una solución de formalina, y en 1925, se creó un laboratorio especial para estudiarlo. Oskar Vogt (1870-1959), médico y neurólogo alemán, fue invitado a Moscú para crear y mantener este laboratorio. El cerebro de Lenin fue disecado bajo la supervisión de Vogt y comenzaron a estudiarlo. De acuerdo con el informe final, había 30.953 rebanadas, cada una de ellas de 20 micrómetros de grosor (0,02 mm).
Sin embargo, en 1928, después de obtener solamente una de las placas del cerebro de Lenin, Vogt abandonó Moscú y no volvió nunca más. Durante las conferencias que dio en Europa usó esa muestra de cerebro a la que había tenido acceso. Según él, el cerebro de Lenin se distinguía por “células piramidales muy grandes y numerosas en la tercera capa de la corteza”. Sin embargo, más tarde quedó claro que la citoarquitectura cerebral no tiene nada que ver con las habilidades intelectuales. Desde 1932 la cuestión de las cualidades físicas del cerebro de Lenin no se ha vuelto a plantear.
En 1969, el ministro de Sanidad de la URSS,Borís Petrovski (1908-2004), escribió en una nota al Comité Central del Partido Comunista: “El Ministerio de Salud de la URSS cree que a pesar de que los resultados del estudio citoarquitectónico del cerebro de Vladimir Lenin son de gran interés científico, no deben ser publicados”.
¿De qué murió Lenin?
Los primeros signos de alguna enfermedad neurológica ya se habían mostrado en 1922, dos años antes de la muerte de Lenin. Mareos, desmayos e insomnio, luego sintió debilidad en brazos y piernas y, más tarde, pérdida del habla. Los médicos no fueron unánimes en cuanto a las razones de todo esto - sospechaban o bien de aterosclerosis (pero Lenin era demasiado joven para esto, sólo tenía 51 años en ese momento), o de una lesión sifilítica.
Sin embargo, todos los médicos señalaron que Lenin preservaba su intelecto. A veces la enfermedad desaparecía y Lenin volvía a trabajar en el Comité Central, pero en marzo de 1923, volvió a perder el habla. Aunque después de algún tiempo, la recuperó, Lenin nunca volvió a trabajar.
Había 11 médicos presentes en la autopsia, pero se reescribió al menos tres veces. El diagnóstico final fue “aterosclerosis común de las arterias con una lesión pronunciada de las arterias del cerebro”. Sin embargo, no hay mucha más información disponible. Los médicos guardaron silencio sobre los detalles hasta su muerte. Y el diario de la enfermedad de Lenin, creado en los dos últimos años de su vida por los tres médicos que lo atendieron, fue material clasificado durante los 75 años siguientes a la muerte de Lenin. En 1999, cuando se cumplió ese plazo Olga Uliánova, la sobrina de Lenin, todavía estaba viva. Ella pidió que los documentos fueran guardados 25 años más, hasta 2024, el centenario de la muerte de Lenin.
El gerontólogo Valeri Novoselov parece ser el único médico que trabajó con estos diarios, pero se le prohibió fotocopiarlos. Según Novoselov, Lenin murió de sífilis cerebral (en los años 20, la sífilis era muy común en Rusia, y no se podía contraer por contacto sexual, sino por transmisión a través de objetos tocados o utilizados por los enfermos).
Sin embargo, Max Nonne (1861-1959), un especialista internacional en sífilis cerebral de la época, que supervisó a Lenin durante su última enfermedad, escribió que “no había absolutamente ninguna evidencia de sífilis”. Recientemente, Harry Vinters, Lev Lurie y Philip A. Mackowiak, de la Universidad de California, propusieron que Lenin murió de calcificación arterial, causada por mutaciones en el gen de la 5'-Nucleotidasa Ecto (NT5E) (un trastorno extremadamente raro, hasta 2020 se ha informado de que menos de 20 personas padecen la enfermedad). Sin embargo, hasta el 2024, no es posible seguir investigando las causas de la muerte de Lenin.
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