Moscú ganó el derecho a organizar los XXII Juegos Olímpicos de Verano en 1980 al derrotar a Los Ángeles en una votación de los miembros del COI. Fue la primera vez en la historia que los Juegos Olímpicos se celebraron en la URSS, en un país socialista y en Europa del Este.
Cuando los líderes soviéticos calcularon los gastos para organizar los Juegos Olímpicos su alegría se desvaneció un poco. Según una versión Leonid Brézhnev incluso quiso negarse a ser anfitrión de estos Juegos. Sin embargo, era imposible echarse atrás sin dañar el prestigio del país y para reducir la carga del presupuesto, se lanzaron loterías por todo el país, cuyos beneficios ayudaron enormemente a los organizadores. Cuando el presidente del COI, Lord Killanin, voló a la URSS en 1980, el jefe del gobierno soviético, Alexéi Kosiguin, le dijo: “Si hubiera sabido lo que eran los Juegos Olímpicos, nunca habría aceptado acogerlos”.
En la ceremonia de apertura de los Juegos, el 19 de julio de 1980, los cosmonautas soviéticos Leonid Popov y Valeri Riumin, entonces en órbita, desearon buena suerte a los atletas. Su imagen se proyectó en la pantalla del estadio Luzhnikí.
Tras el envío de tropas soviéticas a Afganistán, 64 países decidieron boicotear los Juegos Olímpicos celebrados en la Unión Soviética. 29 de ellos participaron en una competición alternativa organizada por EE UU, los llamados Juegos Olímpicos del Boicot en Filadelfia, que no fueron reconocidos por el COI. La URSS y sus aliados del Bloque del Este, en represalia, ignoraron los XXIII Juegos Olímpicos en Los Ángeles cuatro años después.
Los equipos oficiales de los países boicoteados no viajaron a los Juegos Olímpicos, pero los atletas individuales que deseaban participar pudieron hacerlo bajo la bandera olímpica. La mayoría de estos atletas venían de Italia (159 personas). En la clasificación no oficial, “Italia” ocupó el quinto lugar, ganando 15 medallas, detrás de la URSS, Alemania del Este, Bulgaria y Cuba.
Para evitar el boicot y participar en los juegos, el judoka Ezio Gamba fue obligado a renunciar al ejército italiano. El viaje fue un éxito ya que ganó una medalla de oro en Moscú. Desde 2008 hasta hoy, Gamba es el entrenador del equipo masculino ruso de judo y en 2016 recibió la ciudadanía rusa.
Aunque a los XXII Juegos Olímpicos de Verano se les suele llamar simplemente Juegos Olímpicos de Moscú, la capital de la URSS no fue la única ciudad que los acogió. Hubo partidos de fútbol en Leningrado (San Petersburgo), Minsk y Kiev, y en Tallin (Estonia) se celebró una regata.
Para garantizar la seguridad de los Juegos Olímpicos se creó el 11º Departamento del KGB con el objetivo de aplicar “las medidas operativas para contrarrestar las acciones subversivas de elementos enemigos y hostiles”. Además, la Unidad Especial Alfa, creada en 1974, se encargó de impedir que se repitiera en Moscú la tragedia de los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, que se caracterizó por la toma de rehenes y la muerte de varios de ellos.
El famoso y sonriente oso Mishka, cuyo muñeco de ocho metros se lanzó al cielo de Moscú en la clausura de los Juegos Olímpicos, no fue el único símbolo de los XXII Juegos Olímpicos de Verano. Un símbolo menos conocido era el pequeño sello de Vigri, mascota de la competición de vela en Tallin.
El atleta más joven en participar en los Juegos Olímpicos de la URSS fue el nadador de 13 años de Angola Jorge Lima, y el mayor fue el navegante búlgaro Krasimir Krastev. Participó en la regata de Tallin a los 70 años.
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