1. El fiasco danés
El mayor fracaso de la inteligencia soviética no fue a manos de la Gestapo o la CIA, sino de la modesta policía danesa. Se conoce como “la reunión de los maestros de espías”.
La causa del fiasco fue la poca atención que los agentes soviéticos prestaron a una orden de Moscú de no reclutar comunistas daneses. Aunque eran leales a la Unión Soviética, representaban un peligro considerable, ya que estaban constantemente vigilados por las fuerzas del orden locales.
Fue precisamente la vigilancia de los comunistas locales lo que llevó a la policía de Copenhague hasta el espía soviético, Alexánder Ulanovski, que estaba en Dinamarca. El 20 de febrero de 1935, se allanó un piso donde se encontraba con sus colegas.
Arrestaron a Ulanovski, tres oficiales de inteligencia soviéticos, así como a diez agentes extranjeros (dos estadounidenses y ocho daneses). Dos de los oficiales de inteligencia soviéticos no debían estar en Copenhague en absoluto: regresaban de Alemania a la URSS y simplemente hicieron una escala para visitar a un viejo amigo.
Como resultado de “la reunión de espías”, se desmanteló toda la red de inteligencia soviética en Dinamarca. Ese país escandinavo en sí mismo no presentaba mucho interés para la Unión Soviética, pero a través de él, Moscú recibía información secreta del Tercer Reich.
2. La caída de Ramsay
Era uno de los más valiosos agentes soviéticos en el extranjero. Desde 1933, el periodista alemán Richard Sorge, conocido en Moscú con el nombre en clave de Ramsay, vivió y trabajó en Japón, convirtiéndose en la principal fuente de información secreta para la inteligencia soviética sobre este país oriental.
Fue Sorge quien proporcionó a los líderes soviéticos en el otoño de 1941 información vital sobre las intenciones de Japón, es decir que no iba a atacar a la URSS en un futuro próximo y que dirigiría su agresión contra EE UU. Gracias a ello el Ejército soviético fue capaz de mover divisiones de Siberia y el Lejano Oriente a Moscú, donde se necesitaban urgentemente, para frustrar la ofensiva alemana contra la capital soviética, conocida como Operación Tifón.
Sin embargo en octubre de ese año, Ramsay fue arrestado. Había muchas teorías sobre cómo ocurrió. Se decía que sus mensajes habían sido interceptados y descifrados; que fue traicionado por uno de sus agentes; que la policía estaba vigilando a los comunistas locales, quienes, habiendo sido reclutados por la inteligencia soviética y manteniendo contactos con Sorge, finalmente condujeron a las fuerzas de seguridad japonesas hasta él.
El 18 de octubre de 1941, Richard Sorge y 24 de sus agentes fueron arrestados (siete más fueron arrestados en enero). La investigación duró varios años y el 7 de noviembre de 1944, en el 27º aniversario de la Revolución Bolchevique, fue ahorcado en el patio de la prisión de Sugamo en Tokio. Después de que la celda de Ramsay fuera destruida, la inteligencia soviética perdió durante muchos años una fuente de información fiable en Japón.
3. Intento de asesinato de von Papen
En 1939 Alemania nombró un nuevo embajador en Ankara. Franz von Papen era un político experimentado y hábil diplomático, excanciller de la República de Weimar. Su tarea era acercar a Turquía a las potencias del Eje.
Además, von Papen también comenzó a hacer su propia misión. Haciendo uso de sus extensos lazos diplomáticos, estaba probando el terreno en secreto para firmar un tratado de paz entre Alemania y los aliados occidentales, sin tener en cuenta los intereses de la URSS. Esperaba tener un puesto importante en un nuevo gobierno (sin Hitler).
Como la figura del embajador alemán se estaba volviendo demasiado peligrosa para la Unión Soviética, los soviéticos decidieron eliminarlo. Moscú esperaba que el asesinato de von Papen no solo causara una ruptura entre Ankara y Berlín, sino que, en el mejor de los casos, pudiera llevar a una guerra entre los dos estados.
El 24 de febrero de 1942, Omer Tokat, reclutado por la inteligencia soviética, se acercó a von Papen en la calle. Llevaba una bomba, pero explotó antes de lo previsto, matando al atacante, y sacudiendo ligeramente al embajador y su mujer.
Los servicios de seguridad turcos establecieron rápidamente el círculo de personas implicadas en el intento de asesinato, entre las que desempeñaron un papel clave los oficiales de la inteligencia soviética. Al exigir el acceso a dos empleados de la misión comercial soviética (agentes del NKVD) Leonid Kornilov y Gueorgui Mordvinov (Pavlov), las tropas turcas incluso mantuvieron sitiada la embajada soviética durante varios días.
El tribunal condenó a Kornilov y Mordvinov a 20 años de prisión. Sin embargo, cuando el Tercer Reich comenzó a sufrir derrotas en los frentes y Turquía empezó a buscar el acercamiento a los aliados, sus penas de prisión se redujeron. En agosto de 1944, ambos oficiales de inteligencia fueron liberados y enviados de vuelta a Moscú.
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