Así era la vida en la Moldavia soviética (Fotos)

Historia
ALEXANDRA GÚZEVA
Esta región sureña, famosa por su vino, fue la última república en unirse a la URSS, lo que ayudó a preservar su característico color local.

La región histórica de Besarabia, en el sudeste de Europa, pasó a formar parte del Imperio Ruso en el siglo XIX. Después de la Revolución de 1917, la región declaró su independencia como República Democrática de Moldavia, y luego se convirtió rápidamente en parte de la vecina Rumania. El nuevo gobierno soviético quedó indignado, considerando que Rumania había ocupado ilegalmente el territorio. Para evitar un conflicto militar, Rumania la entregó voluntariamente, y en 1940 todo el territorio de la Besarabia histórica pasó a formar parte de la URSS como la República Socialista Soviética de Moldavia.

Una Moldavia que no era soviética

Debido a su entrada relativamente tardía en la URSS, la vida en Moldavia al principio era diferente de la del resto del país: sus restaurantes, sus organilleros callejeros y, por supuesto, su arquitectura apenas tenía semejanza con el típico paisaje soviético.

Territorio ocupado

En 1940, Moldavia pasó de Rumania a formar parte de la URSS. Luego, en junio de 1941, cuando estalló la Gran Guerra Patria, Rumania, aliada de la Alemania nazi, ocupó Moldavia. Las autoridades rumanas exprimieron la economía y agricultura de Moldavia; su industria fue expropiada por el esfuerzo bélico, y el campesinado se vio obligado a renunciar a casi todo el grano y el ganado. Decenas de miles de moldavos de Rumania fueron enviados a Alemania como mano de obra gratuita. Asimismo, la población del territorio ocupado fue obligada a trabajar sin remuneración, reparando las carreteras y la infraestructura destruida durante la guerra. Históricamente, Besarabia era el hogar de muchos judíos y gitanos. Los rumanos recién llegados establecieron campos de concentración y guetos, y llevaron a cabo matanzas masivas. Las tropas soviéticas finalmente liberaron Moldavia en 1944.

País del vino

Después de la guerra, Moldavia quedó convertida en ruinas. Su infraestructura estaba destrozada, y las enfermedades proliferaban por falta de medicamentos, sin mencionar el desempleo masivo y la hambruna. El gobierno soviético asignó considerables recursos para renovar su industria y agricultura, importando equipos y materias primas.

La industria líder de Moldavia era, y sigue siendo, la vinicultura. El vino de Moldavia era conocido y amado en toda la Unión Soviética. Gracias al clima cálido de la región, se podían cultivar y producir grandes cantidades de frutas, verduras y bayas, así como girasoles, remolachas azucareras, tabaco y otros cultivos industriales.

En la década de 1950 se construyó la poderosa central hidroeléctrica de Dubasari en el río Dniester; se desarrolló la industria de la costura, así como la producción de refrigeradores.

Imágenes de la vida soviética

Los tiempos de paz trajeron las habituales trampas soviéticas: celebraciones del Día de Mayo, procesiones de pioneros y fiestas domésticas.

Rostros de Moldavia

El grueso de la población estaba formado por moldavos, ucranianos y rusos. Pero históricamente la región tenía una gran comunidad gagaúza (un pueblo turco), así como muchos judíos, búlgaros y gitanos. Gente de toda la URSS se sintió atraída por Moldavia por su clima cálido y sus oportunidades laborales. También la visitaban muchos turistas. 

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