¿Por qué los países bálticos disfrutaron de la condición de privilegiados dentro de la URSS? (Fotos)

Historia
BORIS EGOROV
Letonia, Estonia y Lituania se encontraban entre las mejores de las 16 repúblicas soviéticas (15 a partir de 1956, cuando Carelia perdió su condición de república y pasó a formar parte de la RSFSR.). Esta “Europa Soviética”, incluso descrita como el “extranjero soviético”, fue una especie de escaparate del enorme país que fue la URSS.

Mostrador de la Unión Soviética...

Los territorios bálticos en los que vivían los habitantes de las actuales Letonia, Lituania y Estonia siempre han gozaron de un estatus especial, tanto en el Imperio Ruso como en la URSS. Las autoridades trataron de tener en cuenta las condiciones históricas y económicas particulares de esta región “europea”, tan diferente del resto del país.

Así pues, se asignaron importantes recursos financieros al desarrollo de las repúblicas bálticas soviéticas. Sin embargo, la aplicación de reformas económicas radicales se abordó en estos territorios con gran cautela.

Como resultado, el nivel de vida en la Letonia, Estonia y Lituania soviéticas era más alto que en la mayoría de las demás repúblicas de la URSS. Los salarios eran de 2 a 3 veces más altos, y sus habitantes se enfrentaban a una menor escasez de alimentos, ropa, etc., que en la mayoría de las demás repúblicas de la URSS.

Paraíso termal de la unión

Millones de ciudadanos soviéticos de todo el país llegaban a la costa del mar Báltico cada año para descansar en los mejores sanatorios, por ejemplo en Jurmala (Letonia) y Palanga (Lituania). En el balneario estonio de Pärnu se abrió un sanatorio especial para el uso exclusivo de los cosmonautas soviéticos.

Dado que sólo un pequeño porcentaje de la población de la Unión Soviética podía viajar fuera del país, los Estados bálticos se convirtieron en un sustituto de la inaccesible Europa y, por lo tanto, fueron considerados como el “extranjero soviético”. Los turistas descubrieron con asombro una arquitectura alemana, sueca o lituana totalmente desconocida, pasearon por las estrechas calles de Riga, Vilna y Tallin y visitaron los castillos medievales diseminados por las repúblicas, similares a los que se podían encontrar en Europa occidental.

Además, cuando era necesario mostrar la vida en el extranjero en el cine soviético, sus directores iban a los países bálticos a filmar. Por ejemplo, en Las aventuras de Sherlock Holmes y el Dr. Watson del cineasta Ígor Maslenikov, una de las mejores adaptaciones de la obra de Arthur Conan Doyle, la famosa casa del detective de la londinense calle Baker se encuentra en realidad en Riga.

Centro industrial del país

Durante la época soviética, los Estados bálticos se convirtieron en uno de los principales centros industriales del país, y algunas de sus fábricas y manufacturas rompieron las fronteras regionales para convertirse en empresas de toda la Unión. La Fábrica Electrotécnica Estatal de Riga “VEF”, por ejemplo, suministraba electrónica a todo el país, mientras que la fábrica de vidrio de la ciudad letona de Livani era una de las más grandes de la URSS.

Puerta occidental de la URSS

Los puertos de las repúblicas bálticas (no los de Leningrado o Kaliningrado) se consideraban los principales puertos marítimos occidentales del país. El grueso del flujo de las mercancías soviéticas a Europa pasaba por ellos. Desde allí, los ciudadanos más afortunados también viajaban en cruceros a los mares Báltico, del Norte y Mediterráneo.

Apoyo a la cultura local

La epopeya nacionales bálticas, obras clásicas de la literatura letona, lituana y estonia y, por supuesto, las novelas ideológicamente apropiadas de los escritores soviéticos de la región fueron traducidas masivamente al ruso, impresas en cientos de miles de ejemplares y recibidas en todas las bibliotecas y librerías de la Unión Soviética, desde Kaliningrado hasta Vladivostok.

Desde finales del siglo XIX, en los países bálticos se venían celebrado festivales de canto a gran escala con miles de participantes con trajes nacionales, y durante el período soviético esta tradición no fue olvidada. Por el contrario, se construyeron grandes salas para acomodarlas. Sin embargo, las autoridades trataron de hacer coincidir estos eventos con ciertas celebraciones comunistas, como el cumpleaños de Lenin o el aniversario de la Revolución.

La arquitectura soviética en los Estados Bálticos

El Báltico, como el resto del país, se llenó de monótonos edificios soviéticos durante el período de la URSS. Sin embargo, en las ciudades también aparecieron verdaderas obras maestras de la arquitectura soviética, que no sólo no estropearon el aspecto de las ciudades medievales, sino que las complementaron armoniosamente. Por ejemplo, uno de los símbolos de Riga se convirtió en uno de los "rascacielos estalinistas", el edificio de la Academia de Ciencias de Letonia, que en 2003 fue incluido en la lista del patrimonio cultural del Consejo de Europa como monumento a la arquitectura de mediados del siglo XX.

La vida tal como era

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